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Debate de candidatos europeos: Von der Leyen se abre a pactar con diputados de extrema derecha

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Debate de candidatos a las elecciones europeas que se celebrarán entre el 6 y el 9 de junio afp
Enrique Serbeto

Enrique Serbeto

Corresponsal en Bruselas

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Los representantes de los principales grupos políticos del Parlamento Europeo (PE) participaron este jueves en un debate organizado en el propio Parlamento, en el que los protagonistas fueron precisamente los grupos de extrema derecha que no estaban presentes. La cuestión de los posibles pactos con estos grupos, el de los Conservadores y Reformistas (ECR) y los nacionalistas euroescépticos de Identidad y Democracia (ID), fue el único argumento con el que los demás intentaron atacar a la popular (PPE) Ursula von der Leyen, candidata a un segundo mandato como presidenta de la Comisión.

Sin embargo, el asunto quedó a su vez centrado en el grupo de los liberales (Renew), cuyo representante, el italiano Sandro Gozi, tuvo problemas para justificar que sus socios holandeses hayan cerrado estos días un pacto con los nacional populistas de Geert Wilders, que militan en ID. Von der Leyen, sin embargo, abrió la puerta con normalidad a trabajar «con diputados» de cualquier partido que cumpla tres condiciones: ser proeuropeos, asumir el respeto al Estado de derecho y apoyar a Ucrania. Y, de esta lista de posibles aliados, excluyó a Alternativa para Alemania (AfD) y a la Agrupación Nacional (RN) de la francesa Marine Le Pen, ambos encuadrados en el grupo ID.

Ausentes presentes

Oficialmente, el debate era solamente para los candidatos a la Presidencia de la Comisión, que es una figura apenas simbólica pero que resulta interesante como ejercicio electoral, aunque al final la decisión la tomarán solo los presidentes en un Consejo Europeo. Dado que ni ECR ni ID han presentado candidatos, no han participado en este debate, pero han estado presentes en todas las intervenciones. Sobre todo del candidato de la izquierda radical, y la de la Izquierda, el austríaco Walter Baier, y de los Verdes, la alemana Terry Reintke, que han llevado las cosas hasta comparar la Alemania de los años 30 del siglo pasado con la actual en términos de riesgo para la democracia, puesto que «entonces se banalizó el aumento de la extrema derecha».

Von der Leyen, que en realidad es la única que tiene posibilidades de ejercer -en su caso, seguir ejerciendo- como presidenta de la Comisión a partir de noviembre, mucho más que el actual comisario luxemburgués Nicolás Schmit, que formalmente es el candidato de los socialistas, no solo capeó con comodidad las alusiones de todos los demás sobre pactos con la extrema derecha. Su principal argumento ha sido que, hasta ahora, no ha tenido inconveniente en colaborar con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, y por ello ha dejado claro que su intención es «trabajar con todos aquellos que apuesten por Europa».

Además de ser nombrada por el Consejo Europeo, la persona que aspire a ser presidenta de la Comisión necesita también el apoyo de una mayoría en el PE. Las encuestas dan por hecho que los populares serán el grupo más numeroso, pero no alcanzarán ni de lejos la mayoría suficiente, por lo que muy probablemente necesitará el apoyo de los socialdemócratas. El cordón sanitario a los dos grupos de ultraderecha que quieren implantar los socialistas complica mucho las cosas para la candidata popular. Tal vez haya quien crea que la eventual inclusión de Meloni en el Partido Popular Europeo resolvería en parte la situación, pero este es un tema que no se planteará antes de las votaciones.

Además de ser nombrada por el Consejo Europeo, la persona que aspire a ser presidenta de la Comisión necesita también el apoyo de una mayoría en el PE

Gozi, que viene él mismo de los Demócratas italianos que forman parte del grupo socialista, pero que ahora se ha aliado con el presidente francés Emmanuel Macron y su proyecto político, es el que tuvo que defenderse por el pacto en Holanda de sus socios del partido Popular por la Libertad y la democracia (VVD), que es un histórico entre los liberales europeos, con el vencedor de las elecciones de noviembre, que es socio de Le Pen y de AfD en el Parlamento Europeo. Sus pretextos diciendo que en realidad aún no hay nuevo gobierno en los Países Bajos y que, por tanto, no se habría consumado el pacto de coalición que ya han suscrito con Wilders, solo sirve para aplazar el debate para después de las elecciones europeas.

La posibilidad de que el VVD sea expulsado del grupo Renew está sobre la mesa, pero eso les dejaría aún más debilitados, en la disputa del cuarto o el quinto puesto en la Eurocámara en el mejor de los casos. Eso o cargar con el lastre político correspondiente.

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