El entierro al revés del alcalde de Gostomel, asesinado por soldados rusos: «Era un gran patriota»

El 7 de marzo, el alcalde de Gostomel fue asesinado cuando los soldados rusos entraron en esta pequeña ciudad al noroeste de Kiev, donde había una base militar. Según la municipalidad, su muerte se produjo «cuando distribuía pan y medicinas a los enfermos y heridos». «Muerto por la comunidad, por Gostomel, muerto como un héroes», declaró en un comunicado la municipalidad, y avisó que, por las circunstancias, no se podría celebrar el funeral.

Su cuerpo salió de la tierra el martes para los investigadores ucranianos, que buscan determinar si la muerte de Prylipko es un crimen de guerra. Junto a la tumba, su mujer Valentyna se desvaneció al ver el cuerpo de su marido. Los periodistas de la AFP presentes en el lugar pudieron ver cómo la policía grabó en video cada una de sus heridas, sobre todo una en su cabeza.

Gostomel, atacada al día siguiente del inicio de la invasión rusa de Ucrania, el 25 de febrero, es uno de los puntos estratégicos donde se logró detener la ofensiva sobre Kiev. Desde que Rusia anunció la retirada de sus tropas de la región de Kiev (para concentrarse en la ofensiva en el este), los ucranianos retomaron el control de las ciudades claves en la periferia de la capital.

Todas están destruidas por los combates. Las autoridades ucranianas aseguran que hubo «masacres», y acusan a Moscú de «crímenes de guerra». En Bucha, a pocos kilómetros al sur de Gostomel, las imágenes de veinte cadáveres vestidos con ropa de civil en una calle, con las manos atadas en la espalda, dieron la vuelta al mundo. El presidente ruso Vladímir Putin afirmó el martes que eran falsas.

Con 17.000 habitantes antes de la guerra, Gostomel también sufrió durante los días de guerra. «La municipalidad estima que hay 400 desaparecidos», declaró a la AFP un fiscal regional, Andrii Tkatch. «Intentamos saber quien los abatió. Es posible que no se encuentren todos los cuerpos». Para este fiscal, es difícil determinar la causa de la muerte del alcalde de Gostomel. «Según las primeras informaciones, murió sin razón particular, junto a su conductor», dijo Tkatch, que asistió a su exhumación con un chaleco en el que se podía leer: «Fiscal para crímenes de guerra».

El mismo día se desenterraron otros cuerpos en el marco de esta investigación. Como el de Oleksandr Karpenko, enterrado en un jardín. Los cuerpos de las víctimas se cargan en una camioneta refrigerada, a 5,7º C, a la espera de una autopsia. En el remolque del vehículo había entre 30 y 40 cadáveres.

«Nunca hice esto en mi vida, pero nuestros ciudadanos son asesinados y debemos enterrarlos como debe ser», afirma Igor Karpichen, tras cargar otro cuerpo en la camioneta. «No tengo palabras para describir lo que siento», añade. Pero, cerrando las puertas del vehículo como quien cierra un capítulo oscuro de la historia de la ciudad, Karpichen asegura que «ahora vivimos en paz».