Europa no ayuda

Hace seis años tuve la suerte de participar en un campo de trabajo en Cañete (Perú). Allí colaboramos en la promoción de los campesinos. Fue entonces cuando escuché una anécdota que me pareció exagerada. Me contaron que las «cholitas» eran agrupadas en corros por policías, quienes les inyectaban algo que las dejaba estériles a cambio de comida. Hoy, desgraciadamente, me pone los pelos de punta leer esta noticia en los periódicos: «Miles de peruanos fueron esterilizados por el Gobierno de Fujimori sin saberlo».

Creo que gran parte de la culpa la tienen los Gobiernos occidentales que no favorecen la vida, sino que apoyan leyes abortistas. Acabamos de ver cómo, sigilosamente y en pleno verano, el Parlamento Europeo aprueba el aborto y la gratuidad de pastillas abortistas. Parecería más normal que ante problemas como el envejecimiento de la población y la incontrolada inmigración en occidente, Europa favoreciera la vida en su primer estado de gestación y así aumentar la natalidad de los europeos. O que ante el hambre, el sida o la superpoblación en países subdesarrollados dedicara sus fondos a darles una educación que les hiciera autosuficientes y pudieran sacar partido a su riqueza evitando la emigración masiva.

Elisa Templado Isasa.

Castellón.