SNOOPY
Gallardón, que en Madrid no es más que jefe de la oposición a Esperanza Aguirre, hacía el otro día la rosca del galgo en ese rincón francés que es el Palacio de La Moncloa: «¿De veras que eso del Partido Comunista de las Tierras Vascas no tiene nada que ver con el País Vasco?», preguntaba Gallardón al presidente del Gobierno. «Nada -contestaba el presidente del Gobierno a Gallardón-. ¡Te lo juro por Snoopy!» Sólo entonces Gallardón se quedó tranquilo, dejando que Simancas jugara por un rato a la oposición. ¡Snoopy! ¡Simancas! Todos pensamos en ese dibujo de Schultz donde se ve decir a Snoopy, encaramado en el tejado de su caseta: «¿Cómo se puede ser modesto cuando se es el mejor?» Cambien ustedes a Snoopy por Simancas y la caseta por un zulo o zorrera de las de la ministra Trujillo y tendrán medio cartel electoral de la izquierda madrileña; el otro medio se está cociendo en Leganés, pero ésa es otra historia. El caso es que lo que se hace llamar izquierda parece estar por la labor de hacer suyos todos los ideales del darwinismo nazi con cuyo éxito la vida vuelve a ser como con Hobbes, es decir, solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve: para nacer, hay que saltarse un condón y todos los supuestos de la ley de interrupción involuntaria del embarazo; la infancia es preguntas sin respuestas y respuestas sin preguntas; la juventud, una pancarta por la calle; la madurez, una plaza de funcionario previa superación de un test psicotécnico; y la vejez, un jersey de cuello alto, un vaso con pajita, y con las cenizas, al aire de su vuelo, algún artículo de fondo del profesor Mosterín, que siempre hace reír, y un poema del gran Sanpedro, cuya forma lírica de ver las cosas se ha impuesto en España a la forma científica de verlas que representa un Stephen Hawking. «Para comprender el origen del universo -ha dicho Hawking en Asturias-, debemos combinar la teoría de la relatividad y la teoría cuántica.» ¡Ufff! Nada, nada. Mejor otro poema de Sampedro. Y así es, resumida, una existencia de progreso encaramada, como Snoopy, en una raposera trujillana.
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