Barras de Sevilla que ya son eternas
Definen mejor que nada el espíritu de la hostelería local, apostando por la cultura del «codo con codo» que tanto gusta en esta ciudad
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Si hay algo que define a la hostelería de Sevilla son sus barras, en las que el público y practica «el codo con codo» que tanto gusta en esta tierra.
Y como ésta es la capital del buen tapeo, nos vemos en la obligación de proponer el decálogo indispensable de barras para cualquiera que quiera empaparse del auténtico ambiente hispalense.
La mayoría de ellas son barras añejas, piezas que ya son casi reliquias y acumulan en sus curvas el peso de miles de tapas y cañas, servidas para clientes de aquí y de allá en un ambiente difícil de igualar.
La mayoría está ubicada en el corazón de la ciudad, aunque también nos desplazamos a algunos barrios para encontrar barras igualmente míticas. Todas ellas, eso sí, tienen la cualidad de que no pasan de moda y siguen siendo un punto de encuentro en el que nos encanta detenernos.

Abierto en el año 86 por el sanluqueño Manuel Sánchez Cuevas y en la actualidad heredado por sus hijos, su esencia marinera se sigue manteniendo. Hoy llevan con orgullo haber seguido la estela de su padre y haber continuado con la labor de un hostelero que trajo a Sevilla todo el sabor de Sanlúcar.
Barbiana
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Albareda, 11
En la carta reinan los guisos caseros , como las patatas con chocos o los fideos a la marinera, además de sus tortillitas de camarones que son ya una institución en Sevilla. Le siguen de cerca el marisco y el pescado fresco, que recomiendan comer a la plancha o a la sal, sin dejar atrás sus carnes.

Este pequeño bar, Blanco Cerrillo, es famoso por su cuidada manera de «tirar» la cerveza y por sus tapas de pescaíto frito. Fue fundado por José Blanco Cerrillo en 1926 y desde entonces su saga continúa al frente del negocio.
Blanco Cerrillo
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José Velilla, 1
Aquí se sirve el mejor adobo de Sevilla y ello no pasa desapercibido por ningún transeúnte de la calle Tetuán, ya que su aroma embriaga las vías aledañas. Su especialidad de siempre son los boquerones fritos en adobo, el cazón y las pavías, aunque su caballa aliñada no debe dejarse atrás.

Bodeguita Antonio Romero abrió sus puertas en 1994 y desde entonces ha defendido la cocina típica sevillana, creando incluso una receta que ya es historia: su famoso montadito piripi.
Bodeguita Antonio Romero
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Antonia Díaz, 19
Esta barra es una de las más señeras de Sevilla y el local, el origen de un grupo que ha seguido creciendo a lo largo de los años y que hoy aglutina dos espacios más: Reyes, en la misma Antonia Díaz, y Reyes de la calle Arfe. A la hora de hablar de tapas, imposible dejar atrás su famosa punta de solomillo o su bacalao en aceite.

Peculiar donde los haya, éste es uno de los establecimientos con más encanto del centro de Sevilla para sorprender a invitados de fuera. Antiguo punto de encuentro de toreros, es la trastienda de un ultramarinos que conserva todo su sabor.
Casa Moreno
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Gamazo, 7
Con la familia Moreno y su incondicional Emilio Vara tras la barra, el visitante podrá deleitarse con un botellín bien frío y algunas de las viandas que sirven en papel de estraza así como sus emparedados.

La embajada de Mariano García es toda una institución en la hostelería sevillana. Un establecimiento que en sus más de cincuenta años de recorrido ha conseguido mantener el sabor de su cocina tradicional y resistirse a las modas a pesar del turismo imparable. Aún conserva el ambiente taurino que durante décadas (aún hoy) reunió a profesionales y aficionados de este arte en torno a una barra llena de buen ambiente y sabores auténticos.
Donald
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Canalejas, 3
Además de su célebre ensaladilla o sus huevos rellenos, ofrecen otros clásicos relevantes como menudo con garbanzos, riñones al jerez, pavías de bacalao, marisco, albóndigas o pechugas villaroy.

El bar más antiguo de Sevilla sigue siendo una de las barras eternas e imprescindibles tanto para el sevillano como para todo el que viene de fuera. El Rinconcillo es un establecimiento con solera que lleva desde 1670 despachando cervezas y viandas a todo el que se acerca a esta peculiar esquina cargada de sabores.
El Rinconcillo
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Gerona, 40
Un espacio que conserva el sabor de la Sevilla de antaño donde disfrutar de recetas populares de cuna hispalense, como espinacas con garbanzos, pavías de bacalao, carrillada ibérica en salsa o un buen plato de jamón ibérico.

En pleno corazón comercial de Sevilla nos topamos con este bar de siempre que conserva el encanto de los establecimientos de barrio. Una vitrina que invita a deleitarse con aliños y guisos, cerveza bien tirada y el sabor de las tapas de siempre son algunos de los atractivos que tiene este decano gastronómico de la zona (que acumula ya casi 57 primaveras).
La Flor de mi viña
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José de Velilla, 7
Los hermanos Hijón están al frente del negocio y custodian con maestría una barra que destila buen ambiente y tapeo de siempre. A la hora de comer, carrillada, albóndigas o atún nevado son algunas de sus especialidades.

No tiene cocina, pero tampoco le hace falta para ser uno de los sitios predilectos de la ciudad. Con latas, montaditos y papelones, la histórica barra de La Flor de Toranzo ha conquistado los paladares y corazones de medio mundo, y se ha convertido en uno de los rincones más característicos del tapeo sevillano para mostrar la gastronomía local a los visitantes.
La Flor de Toranzo- Trifón
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Jimios, 1
Desde su icónico montadito de anchoas y leche condensada, al de lomo con manzana, la conocida como Casa Trifón, es una barra con solera donde disfrutar de una Cruzcampo helada con alguna de sus chacinas y viandas, y saborear la Sevilla de siempre.

Fundado en 1870, Las Teresas comenzó su andadura como una tienda de ultramarinos y despacho de vinos. No fue hasta la década de los 70 cuando se transformó en el bar que conocemos hoy en día, conservando su encanto original. Sus paredes, adornadas con fotografías que recorren la historia cultural de Sevilla, hacen de este lugar un homenaje vivo a las tradiciones de la ciudad.
Las Teresas
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Santa Teresa, 2
El establecimiento es conocido por su cocina tradicional andaluza, destacando su jamón ibérico de bellota y tapas tan populares como espinacas con garbanzos y bacalao con tomate.
Mariscos Emilio

Hablamos de una auténtica barra sevillana donde el buen servicio y la calidad gastronómica van de la mano. Ubicada en la frontera entre Los Remedios y Triana, esta ostrería es un punto de encuentro habitual para el sevillano, que se acomoda en su barra para disfrutar de una cerveza bien tirada, la que está considerada una de las mejores ensaladillas de la ciudad y un marisco de primera.
Mariscos Emilio
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Génova, 1
El espacio permite tanto visitas informales como experiencias más serias con el marisco como protagonista, todo un clásico sevillano que nunca pasa de moda.
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