Taberna La Romana, que acoge al comensal con una agradable terraza en la que se pueden acomodar a unos sesenta comensales, cuenta con una ambientación rústica de lo más agradable.
En La Romana se puede comer a base de tapas y raciones. Elaboran comida casera con especialidad en tortillas elaboradas en el momento. No hay que dejar de probar el pollo a la romana ni los guisos caseros, como la caldereta de venado y la carrillada . Tampoco las croquetas ni la presa ibérica a la plancha con mojó picón.
Para regar el paladar, tienen una interesante variedad de vinos. Y para poner el punto y final a la comida, se puede optar por unas natillas, dulce de leche con galleta, tarta a los tres chocolates o brownie de chocolate.
Desde una antigua lonja de pescado hasta unos baños árabes, pasando por una estación fluvial o una casa señorial, estos espacios ofrecen mucho más que una buena mesa: permiten disfrutar de la gastronomía rodeados de patrimonio
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