Eterno enciende los fogones en el barrio de Santa Cruz

El nuevo Eterno se ubica en los bajos del hotel Halo Boutique, pero el concepto de restauración funciona con independencia y pretende ofrecer un espacio gastronómico con identidad propia.

El espacio mantiene desde el nombre hasta la filosofía, la decoración y la carta respecto al local de San José de la Rinconada. El restaurante se presenta como una casa de comidas actual, con una carta sencilla donde impera el producto y la tradición andaluza de los guisos que invitan a mojar.

El comensal tiene la opción de elegir platos a la carta o disfrutar de un menú degustación a elección del cocinero y elaborado con productos de mercado.

La carta comienza con un apartado de entrantes que incluye desde ostras al natural a ensaladilla de berberechos y aire de manzanilla o boquerón en adobo con helado de vinagre y salmorejo de remolacha. Hay opciones selectas como lata de caviar Oscietra Imperial y productos premium como el atún rojo de almadraba, que está presente en varias recetas.

Los guisos y verduras tienen gran protagonismo en esta casa de comidas, donde se encuentran recetas como espinacas con garbanzos y huevo frito o langostinos de Sanlúcar al ajillo con manteca colorá y huevo frito.

También hay clásicos de su carta como el bollito de yema de huevo con tomate guisado y gamba blanca, que ha sido seleccionado por GURMÉ como una de las mejores recetas del año.

Hay arroces: desde el meloso de carabineros y ortiguillas al ibérico a la piedra o el de pato y foie.

Los principales consisten en carnes como lomo de venado macerado y micro verduras salteadas o solomillo de vaca con terrina de patata y su jugo. También hay cola de toro deshuesada y corte de cerdo ibérico.

En cuanto a los pescados, trabajan calamar de potera, cachete de atún y pescados del día.

Para terminar con algo dulce ofrecen desde tocino de cielo con helado de violetas a arroz con leche de cabra y un chocolate en texturas, entre otros.

El comensal tiene la opción de elegir un menú degustación de ocho pases a elección del chef.

El nuevo espacio cuenta con veladores en la misma Plaza de los Venerables, además de un interior con capacidad para 60 personas. Además, la terraza superior está disponible para quien quiera tomar una copa o el postre con vistas a la Giralda.

Consciente de que su nueva ubicación es una zona de alta densidad turística, José Luis Pastrana muestra su intención de dirigirse tanto al público de fuera como al local. «Quisiera devolver a Sevilla sus orígenes gastronómicos y que el cliente de aquí vuelva a disfrutar de un barrio como el de Santa Cruz«, comenta.