Cervecería Arturo crece con su segundo local en Nervión y el tercero en Sevilla

El proyecto está capitaneado por Arturo Visuerte hijo, que tomó el relevo de su padre en 2014 y ha sabido mantener la esencia del negocio mientras lo expandía con paso firme. Esta nueva apertura es especial: justo frente a la fábrica que les provee su cerveza estrella y en el barrio donde Arturo padre abrió su primer bar de copas décadas atrás. Una especie de regreso al origen.

La carta es la misma que en sus otros locales. Marisco cocido de Huelva, chacinas ibéricas, quesos curados y montaditos clásicos que forman parte de la identidad del local. Gambas, cañaíllas, mejillones o patas rusas comparten espacio con lomito ibérico, chicharrones o carne mechada.

También hay sitio para los salazones —mojama, hueva, melva o solomillo de atún— y una lista de montaditos de los que nunca fallan, de pringá, chorizo, morcilla o queso curado. Tapas frías, producto bueno y sin complicaciones.

La cerveza —Cruzcampo, como no podía ser de otra forma— es la auténtica protagonista. Servida en vaso fino de sidra y a una temperatura mínima, el tanque en salmuera de Arturo es parte de su leyenda. Los tanques se mantienen en agua con hielo y salmuera, una técnica tradicional que asegura la cerveza más fría de Sevilla. Además, los vasos se enfrían a un grado exacto antes de cada servicio.

El nuevo Arturo de la avenida de Andalucía mantiene la estética reconocible de la casa. Con unos 60 metros cuadrados con mesas altas y terraza exterior, el espacio está pensado para el tapeo rápido, con horario partido de mañana y tarde (cerrado los lunes y los domingos por la tarde).

En frente, la Factoría Cruzcampo actúa como recordatorio de que, en Sevilla, pocas cosas unen más que una buena caña bien tirada.