Así desayunarán tus hijos
Preparar la primera comida del día la noche anterior ayuda a ahorrar tiempo
abc familia
Ni las prisas, ni la somnolencia, ni la inapetencia... pueden echar al traste un buen desayuno. Tomar la primera comida del día es primordial no sólo para los adultos sino también para los niños. Si los más pequeños no lo hacen su atención y rendimiento ... serán menores en las primeras horas de clase. Además, desayunar bien previene la obesidad, ya que así los niños no tendrán tanta hambre a lo largo de la mañana y es más fácil que no picoteen, lo que les ayuda a evitar que ganen peso en exceso.
Pero desayunar no es un hábito para muchas familias. De hecho, un 8% de niños acude al cole sin haber ingerido ningún alimento nada más despertar. Muchos sólo toman un vaso de leche. Y son muy pocos (un 7% de niños y adolescentes) los que realmente mantienen un desayuno equilibrado.
El desayuno debe cubrir, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del niño. Esta primera comida admite una gran variedad de alimentos. Pero debe cubrir unas cualidades nutricionales mínimas: un lácteo (un vaso de leche, un yogur o queso); un cereal (preferiblemente pan, pero también copos de cereales, galletas, magdalenas, bizcochos,…); una grasa de complemento (preferentemente aceite de oliva, pero sin denostar la mantequilla, margarina…); una fruta o su zumo (cualquier variedad en estación y zumos naturales diversos); mermeladas, miel y, en ocasiones, jamón u otro tipo de fiambre.
La Asociación Americana de Pediatría explica en su página web los beneficios de un buen desayuno. Desde mejorar la memoria, las calificaciones y la atención, hasta tener un peso más saludable y mejor nutrición. Por eso, expone una serie de consejos para hacer a los padres el desayuno más fácil:
• Planifique según las circunstancias. Aunque lo mejor es sentarse en familia para desayunar, puede ser que este hábito no sea realista para la mayor parte de las familias. Pero se puede sacar el tiempo suficiente para que los niños coman sin presión. Especialmente en el caso de los bebés y los niños pequeños, hay que disponer del tiempo que sea necesario para permitirles que puedan comer con su ayuda o por sí mismos.
• Deje preparado el desayuno la noche anterior. Planee con anticipación una amplia gama de alimentos saludables. La noche anterior puede cocer unos huevos, o tener listos los cereales o trocear la fruta. Esa es la diferencia entre disfrutar de un desayuno equilibrado y salir corriendo por la puerta sin desayunar.
• Desayunos fáciles de tomar y de llevar. Disponga de una variedad de alimentos nutritivos que se pueden preparar por adelantado para tomar y llevar según le convenga (fruta troceada, panecillos...).
• Asegúrese de que dormir sea parte del menú. Los niños tienen que acostarse temprano para levantarse temprano y tener tiempo suficiente para desayunar. Sin importar que edad tengan, los niños cansados tienden a estar más irritables y malhumorados y son mucho menos propensos a sentarse a comer un desayuno equilibrado. Se ha demostrado que el sueño es un ingrediente crucial en la salud general de los pequeños.
• Amplíe sus horizontes. Piense en la variedad que puede tener un desayuno equilibrado. No sólo leche y cereales, también hace falta proteína, frutas y verduras.
• Busque apoyo de la guardería y en el colegio. Asegúrese de averiguar qué opciones para el desayuno ofrece la escuela o la guardería de su hijo. Es más probable que el menú tenga opciones para un desayuno equilibrado y que su hijo sea más receptivo a comerlo si todos sus amigos están comiendo junto a él.
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