La receta del granizado de tinto de verano

El granizado de tinto de verano es tan simple que cuesta trabajo entender por qué no se sirve en todos los locales con máquina para desmenuzar hielo. Su receta se basa en el principio básico de añadir un tanto por ciento de vino a un refresco, el inmortal achispar la bebida. Una fórmula tan sencilla como efectiva y contrastada.

El secreto de la receta es elemental: añadir una medida de vino tinto a un granizado de limón . Sí, ya está. No hay nada más. Tan simple como eficaz, tan ingenioso como flexible. La ecuación no consta de ninguna proporción fija. Como toda buena bebida a gusto del consumidor, no está encorsetada por estándares medidos en imposibles mililitros. El común sentido del gusto, sin embargo, impone una proporción inicial de 4/5 de granizado de limón más 1/5 de vino tinto. El sabor así es agradablemente refrescante, dulce, suave y siempre crujiente.

El origen de la receta es bastardo, como todo buen invento popular. Nadie puede adjudicarse la idea de un combinado tan sencillo como posible en cualquier carta de bebidas. Así surgió el tinto de verano con gaseosa o con limón; de la misma ignota manera nació el vino con Coca-Cola, el popular calimocho.

Yo lo he probado en un sencillo bar de barrio, un pequeño local de parroquianos, con una terraza austera en un terreno arenoso. El Casa Pedro ( La verbena de La Paloma, 10 , Madrid), modesto y sin pretensiones, es atrevido con su apuesta a una carta.

La propuesta de Casa Pedro para acompañar el granizado de tinto de verano es el pincho habitual con la primera consumición, poco alegre pero sorprendentemente lógico: un ligero revuelto de frutos secos o unas patatas, desprovisto de cualquier originalidad, pero adecuado a una bebida con vocación de exquisita sencillez. El mimo de la casa está puesto en la pajita, un alegre tubo de plástico con punta de diminuta cuchara para prolongar la degustación del combinado, siempre servido en un estilizado vaso alto.

La naturaleza del granizado de tinto de verano no es, sin embargo, popularizar un determinado local, ni poner de moda una zona de bares . Su misión es simplemente conseguir ser servido en cualquier establecimiento con máquina de granizar y autorización para bebidas alcohólicas. Una propuesta lanzada también a todos los animados en pedir un complemento en la bebida, a alegrar con vino tinto el granizado de limón.