La red de 'embajadas' catalanas supera con creces la que desmontó el 155: 15 millones y 21 sedes
El coste del entramado 'diplomático' de la Generalitat casi cuadruplica los cuatro millones destinados en 2017
Editorial | Una paradiplomacia separatista
La 'sede diplomática' en EE.UU. vuelve a gastar como antes del golpe secesionista
La Generalitat catalana aprueba la apertura de su vigesimoprimera 'embajada'

Pieza fundamental para el independentismo, las delegaciones en el extranjero, también llamadas 'embajadas catalanas', fueron recuperadas por la Generalitat inmediatamente después de levantarse la intervención del Gobierno de España –que cerró 13 delegaciones, todas excepto la de Bruselas– en aplicación de las medidas ... aprobadas por el Senado en base al 155 de la Constitución. Estas 'embajadas', con unos pobres resultados fácticos (a pesar de la insistencia paradiplomática) a un alto coste para la hacienda pública, forman parte del núcleo de lo que los nacionalistas catalanes consideran 'estructuras de Estado' y que no son otra cosa que las herramientas institucionales habituales y necesarias de los países reconocidos internacionalmente.
Para 2023, la administración autonómica catalana tiene aprobadas unas cuentas públicas (con el voto del PSC, ERC y En Comú Podem) que destinarán 29,8 millones (en 2022 fueron 28,5 millones) a la acción exterior del Govern, que en palabras de su presidente, Pere Aragonès (ERC), lidera «una Generalitat independentista».
De estos casi 30 millones, la mitad van destinados exclusivamente a las delegaciones –otra parte al Diplocat, por ejemplo, también cerrado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y reabierto por Quim Torra–, tal y como señaló la consejera del ramo, Meritxell Serret (ERC), en el Parlament, al presentar las cuentas de su departamento –más de 100 millones–. Para comparar, en 2017, las 'embajadas' suponían un gasto de cuatro millones de euros.
Entramado económico
El gasto de las delegaciones en el extranjero, así como el gestionado por la Consejería de Acción Exterior y Unión Europeano es fácil de fiscalizar. Así lo dejó de manifiesto el Tribunal de Cuentas en un informe sobre el uso del dinero público entre 2011 y 2017. Según este organismo constitucional, la Generalitat de Cataluña creó las 'embajadas' y el Diplocat bajo un régimen financiero «para poder realizar gastos sin someterse a ningún tipo de control con objeto de dar proyección internacional al 'procés'».
Más de 27 millones de dinero público fue el gasto de las delegaciones y otros casi 16 millones se fundió el Diplocat, según constató el Tribunal de Cuentas, en aquel periodo. El entramado vuelve a estar operativo.
El listado de las 'embajadas', con sus sedes y los delegados activos es el siguiente: Unión Europa, Bruselas (Bélgica), Ignasi Centelles; África meridional, Laureà Fanega (sin destino); Alemania, Berlín, Marie Kapretz; Andorra, Andorra la Vella, Anna Vives; Brasil, Paula Mèlich (sin destino); Cono Sur, Buenos Aires (Argentina), Josep Vives; Corea del Sur, Jaeyeok Yoon Kang (sin destino); Estados Unidos y Canadá, Nueva York (EE.UU.), Isidre Sala; Estados Andinos, sin delegado (de reciente creación); Europa Central, Viena (Austria), Krystyna Schreiber; Francia, París, Eva Doya Le Besnerais; Italia, Roma, Luca Bellizzi; Japón, Mònica Castellà (sin destino); México y América Central, Ciudad de México (México), Lleïr Daban; Norte de África, Túnez (Túnez), Ahmed Benallal; Países Nórdicos y Países Bálticos, Estocolmo (Suecia), Montserrat Riba; Portugal, Lisboa, Rui Reis; Reino Unido e Irlanda, Londres (Reino Unido), Francesc Claret; Senegal, Javier Calderón (sin destino); Sudeste de Europa, Zagreb (Croacia), Eric Hauck; y Suiza, Ginebra, Gabriel Boichat.
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