a fondo
Los errores del bipartito que PSOE y BNG admiten
Las adjudicaciones a dedo, el conflicto lingüístico, el agujero en las cuentas públicas o el excesivo presidencialismo fueron algunos de los factores que marcaron el anterior bigobierno

Solo duró cuatro años y en Galicia todavía se siguen intentando solucionar los errores que se cometieron en aquel bipartito dirigido por el socialista Emilio Pérez Touriño y secundado por el nacionalista Anxo Quintana. En 2005 llegaron al poder con el objetivo de dar aire fresco a la política gallega tras 16 años de Gobierno de Manuel Fraga y en 2009 abandonaron la Xunta acompañados de una brisa gris y dejando en los cajones de San Caetano centenares de facturas sin pagar , decenas de proyectos sin realizar y un agujero económico difícil de solventar.
Todo ello recuerdo de un bipartito que ahora, tanto el candidato del PSdeG, Manuel «Pachi» Vázquez y el aspirante del BNG, Francisco Jorquera, están de acuerdo en reeditar, apesar de admitir los fallos. El último lo vivió en Madrid y el primero, en sus propias carnes como conselleiro de Medio Ambiente e inductor de la alternativa a Touriño una vez que éste se dio un varapalo en las últimas elecciones autonómicas de 2009.
Aún así, «Pachi» dice sentirse «muy orgulloso» de la coalición y de que «no hay color entre los años del bipartito y los de Feijóo», sentenció ayer en una entrevista concedida a Efe. De los fallos que se cometieron en estos cuatro años, el socialista puntualiza ahora que «no tiene conciencia de que se hubiesen cometido cosas graves», aunque haberlos, como las meigas, hailos.
1- El concurso eólico
A escasos meses de las elecciones de 2009 empezaron a despolvarse contratos en los que se entreveían adjudicaciones a dedo, entre las cuales, la más determinante, fue la del concurso eólico. En diciembre de 2008 , el nacionalista Fernando Blanco, que por aquel entonces dirigía la Consellería de Industria, se apresuró en realizar la mayor concesión eólica de España a pesar de las reticencias de María José Caride y el propio Vázquez, quienes criticaron una serie de deficiencias en el proceso.
Oídos sordos, Blanco benefició en la concesión al empresario Jacinto Rey, dueño de la constructora San José, el mismo que apareció fotografiado con Quintana en un yate meses antes de que se produjera la adjudicación. Un regalo a Rey por valor de 14 millones de euros al año al que Touriño no supo responder ni dar un golpe de autoridad -como presidente- encima de la mesa. Frente a ello, prefirió decir que se había enterado por la prensa mientras su gobierno perdía en descrédito público.
2- El desprestigio
Un descrédito y desencanto generado, en parte, por la actitud presidencialista tanto del líder socialista como del nacionalista, quienes durante la legislatura apenas mantuvieron reuniones conjuntas y decidieron gobernar, una vez repartidas las consellerías, en solitario.
En 2008, Quintana se erigía como paladín de la bonanza del bigobierno frente a las decisiones del PSOE , como la de un posible adelanto electoral, que «metió a la comunidad en una situación de inestabilidad». «La estabilidad del bipartito no podría ser sin el trabajo del BNG», llegó a afirmar. Unas duras afirmaciones a las que Touriño no tardó en responder, alegando que «no es momento para hacer concurso de méritos» e instando a las consellerías nacionalistas a «reconducir» el gobierno -en referencia a la negación del BNG de aceptar en Plan Acuícola elaborado por la parte socialista de la Administración autonómica-.
3- El conflicto lingüístico
Pero no solo el Plan Acuícola tensó la cuerda entre PSdeG y Bloque, sino que el caballo de batalla entre la Presidencia y la Vicepresidencia recayó en las denominadas «Galescolas», impulsadas fuera de la Consellería de Educación y a imagen y semejanza del equipo de Quintana. La propuesta del nacionalista de enseñar a cantar el himno gallego a los más pequeños en dichos centros obtuvo un «no» rotundo por parte de Touriño, quienle invitó a abandonar «polémicas estériles».
Y fruto de las «galescolas» se acrecentó el conflicto lingüístico, sobre todo tras la aprobación del decreto que regulaba el uso y la promoción del gallego en el sistema educativo , fijando que al menos el 50 por ciento de las materias se impartiesen en gallego. Para muchos, una normativa que «excluía al castellano» y que finalmente el gobierno de Feijóo cambió a un modelo más plural que incluye el inglés.
4-El lujo y el despilfarro
Sonadas son ya las sillas de 2.000 euros que decoraban el despacho de Touriño o los coches oficiales de más de 400.000 euros. Unos gastos, los de los vehículos, que suponían para las arcas públicas más de 166.000 euros mensuales. Junto al lujo, el Ejecutivo del bipartito dejó un agujero de 1.200 millones de euros por sobrevaloraciones y necesidades adicionales de gastos , a los que había que sumar la devolución al Estado de los más de 2,5 millones por la liquidación negativa de los anticipos a cuenta que Galicia recibió en 2008 y 2009.
5- Planes inacabados
En San Caetano quedaron olvidadas infraestructuras como la llegada del AVE a Galicia, el cuarto hospital de Vigo o el proyecto del Área Metropolitana de la ciudad olívica, tres proyectos reconducidos por el Gobierno de Feijóo durante esta legislatura. Mientras los datos reaparecen, «Pachi» Vázquez abre las manos a una nueva coalición.
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