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Rompe la nariz de un cabezazo al guardia civil que acababa de detenerlo en Olías del Rey por robar aislante

El agente está de baja y el agresor, de 25 años, ha ingresado en prisión

La lenta recuperación de J. tras una salvaje agresión por ser policía: «Mi día a día es estar en casa, en el sofá»

Los familiares se concentraron ante el cuartel de Bargas para exigir la libertad del detenido google maps
Manuel Moreno

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Un guardia civil está de baja porque un detenido le rompió la nariz nada más ponerle las esposas. Ocurrió el domingo por la tarde en un camino de Olías del Rey, la localidad toledana donde sorprendieron al ladrón y a sus cómplices poco después de robar aislante en una obra. El delincuente ingresó el lunes en prisión, según las fuentes consultadas por ABC.

El agente y tres compañeros habían acudido sobre las tres y media a un aviso por un robo en una urbanización que se levanta al lado del centro comercial Puerta de Toledo, en Olías del Rey, junto a la A-42 (autovía Madrid-Toledo).

Al llegar, un vecino les informó de que unos individuos habían huido con un pequeño camión y una furgoneta por un camino. El guardia que luego resultó herido y otro compañero se marcharon por esa senda y, un kilómetro después aproximadamente, dieron con dos sospechosos que estaban pasando mercancía de la furgoneta averiada al camión. Era unos rollos de aislante para techos.

Los dos funcionarios pidieron que descendieran del camión y uno de los individuos se bajó por delante y otro, por detrás. El agente herido se dirigió a por este último, de 25 años, y le puso los grilletes mientras gritaba que no había hecho nada y que los rollos se los había encontrado. Cuando lo trasladaba al coche oficial, dio un cabezazo al guardia, que continuó con la intervención a pesar de que acababa de romperle la nariz y sangraba.

El agente y tres compañeros -dos acababan de llegar- forcejearon con el detenido, que siguió chillando. Entonces de entre la maleza salieron otros dos hombres exigiendo que lo soltaran mientras uno agarraba a un guardia por la espalda.

El forcejeo continuó hasta que los agentes lograron reducirlos. Antes de entrar en el vehículo policial, el joven que había herido al funcionario intentó romper las esposas contra el camión, pero no lo consiguió.

Acudieron compañeros de refuerzo, que se llevaron el camión con la mercancía robada y a dos detenidos, de etnia gitana: eran el agresor y el otro individuo que estaba en el camión. Mientras, los dos que salieron de entre la maleza fueron identificados a la vez que repetían a voces que la mercancía se la habían encontrado y amenazaban con montarla en el cuartel.

Los arrestados fueron trasladados al puesto de Bargas, a unos cuatro kilómetros, y allí acudieron numerosos familiares de los arrestados para exigir en la puerta que los pusieran en libertad, amedrentando a los agentes. Mientras, al guardia con el tabique roto le daban tres puntos de sutura y, al día siguiente, su agresor ingresaba en prisión.

Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que está dando asistencia jurídica al agente, vuelven a reclamar que es «urgente» que el Ministerio del Interior «catalogue» a estos funcionarios «grupo de riesgo». «La agresiones están aumentando y es necesario regir el principio de autoridad», exigen.

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