Alarma entre los opositores a juez por la última propuesta de Sumar

No existe ninguna asociación que les unifique, pero los comentarios de los estudiantes contra la propuesta del partido a la izquierda del PSOE -que se basa en la selección de alumnos de Derecho con los mejores expedientes universitarios más pruebas de conocimiento y práctica jurídica establecidas por la propia Escuela Judicial- corrieron en seguida en las redes sociales.

ABC ha conversado con dos opositores con situaciones muy distintas que argumentan por qué la iniciativa de Sumar, que habla del sistema actual como «obsoleto, elitista y memorístico», les parece una amenaza a sus años de dedicación si el Gobierno finalmente la atiende. Deberá pronunciarse antes de septiembre.

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Juan, 25 años y opositor en una localidad navarra, vive con sus padres desde que acabó la carrera y comenzó a prepararse la oposición. Su padre es electricista y su madre, ama de casa. No cumple con el esquema de familia con alto poder adquisitivo que, según se desliza en la propuesta de Sumar, es la única que puede costear los estudios para que sus hijos opositen a juez.

«No deben saber que el Gobierno otorga becas anuales, como la que yo recibo y que por cierto alabo para poder dedicarme únicamente a estudiar la oposición», explica. Reflexiona sobre la idea de seleccionar únicamente a los mejores expedientes en las facultades de Derecho. Considera que excluiría a quienes compaginan sus estudios con un trabajo uy también a quienes al inicio de su carrera no tienen claro su camino.

De lunes a sábado, Juan dedica 10 horas diarias al estudio a distancia. Dos días por semana se cita con su preparador para «cantarle» los temas. Más de 300 para el examen teórico. Posteriormente y antes de entrar en la Escuela Judicial, donde reciben formación teórica y práctica durante dos años, también tienen que pasar dos exámenes orales.

«Son pruebas objetivas y no puede haber ningún tipo de interferencia, porque los exámenes son públicos. Es cierto que para recitar los temas hay que hacer una labor memorística increíble, pero por mucho que se debe memorizar, si no los entiendes no puedes aprobar. En mi opinión no es un mal sistema».

Hace dos años, el Ministerio de Justicia sacó unas becas públicas de 6.611 euros anuales, que se elevarán a los 8.000 el siguiente curso para opositores a la carrera judicial y fiscal, letrados de la Administración de Justicia y abogados del Estado. Se asignan teniendo en cuenta la situación económica del opositor y de su familia. Quienes las reciben, las mantienen según sus resultados. Cada tres meses deben justificar, con la firma del preparador, el trabajo que realizan. Desde la última convocatoria, también se exige a los estudiantes haber aprobado el primer examen teórico (test) para mantener la ayuda antes de entrar en la Escuela Judicial.

Dichas becas prevén el coste del preparador pero también de la vida en general. La propuesta de Sumar también habla de futuros jueces «aislados de la realidad». «Te pegas cuatro o cinco años estudiando mucho, pero no estamos en una burbuja. A nuestra familia y a nuestros amigos les pasan cosas», bromea.

Tampoco está aislado Santiago, que a sus 34 años prepara la oposición en Alicante mientras trabaja en el departamento legal de una empresa. Empezó a estudiar hace tres años y recibió la propuesta de Sumar como «un mazazo».

«En el caso de quienes llevamos años trabajando y hace mucho que salimos de la Universidad, no se contempla ningún régimen transitorio. Quienes llevamos años estudiando pero estamos en el mundo laboral nos quedaríamos fuera. El principio de mérito, capacidad e igualdad se nos vería mermado». «Es cierto que el sistema es obsoleto y decimonónico. Pero no como propone Sumar».