las candidaturas
Elecciones gallegas 2012: La dispersión del sueño nacionalista
Los votantes nacionalistas gallegos tendrán que escoger, en estas elecciones, entre hasta tres agrupaciones distintas. El BNG de un desconocido Jorquera, la «Syriza» gallega de Beiras y el Compromiso por Galicia de Cuiña y Bascuas
CRISTINA PICHEL
Después de que el exvicepresidente de la Xunta Anxo Quintana perdiese estrepitosamente las elecciones y la confianza de su propio partido -el BNG perdió un escaño y 40.000 votos en las anteriores elecciones autonómicas de 2009-, el histórico líder nacionalista, Xosé Manuel Beiras ... -todavía dentro del Bloque-, vaticinó el futuro incierto de la agrupación que él mismo ayudó a construir en 1982.
En esa ocasión, el hoy dirigente de Anova auguró que si el BNG no se regeneraba tanto por dentro como por fuera -en referencia a la imagen del propio Quintana después del «monumental batacazo» electoral-, la casa del nacionalismo se rompería por todas partes. «Será el fin del BNG», dijo Beiras. Y lo fue.
Poco queda ya del grupo dividido ideológicamente, aunque cohesionado en apariencia, que conquistó los corazones de los gallegos nacionalistas logrando el segundo puesto en importancia dentro de San Caetano. Y es que desde las palabras del histórico líder nacionalista hasta hoy han pasado apenas tres años y medio cargados de disputas internas , de la exigencia de regeneraciones que nunca llegaron y de escisiones no solo de personas, sino de los grandes símbolos del nacionalismo gallego.
Primero se fue Quintana , cabeza de turco de la dirección. Una salida, en parte, fruto de las riñas entre el exsecretario de la UPG Paco Rodríguez y el por aquel entonces líder de Encontro Irmandiño, Xosé Manuel Beiras. Dos meses después de los comicios, el exvicepresidente de la Xunta abandonaba así la portavocía nacional del partido. Hurtado de ofrecer un discurso, se conformó con subir al escenario, recibir una sonora ovación y decir adiós entre el aplauso de Beiras y la indiferencia de Rodríguez.
Aparecía en escena Guillerme Vázquez y con él, la radicalidad del discurso en el BNG y la polarización de las facciones que lo componían. El hilo se tensó tanto que la asamblea de Amio, celebrada a finales de enero de este año, se convirtió un polvorín. De puertas para fuera, en el Bloque se decidía el candidato oficial a la Presidencia de la Xunta, pero de puertas para dentro entraba en juego la posibilidad de decidir entre el estancamiento de los últimos años o la renovación de las bases.
Frente a la candidatura de la UPG liderada por el hoy aspirante Francisco Jorquera, la Máis Galiza de Carlos Aymerich y el Encontro Irmandiño de Beiras apuraron para construir una opción que restase peso a la facción de Paco Rodríguez. La cara la prestaba Aymerich y el sustento para conseguirlo, el tirón -siempre indiscutible- de Beiras. Pero fallaron.
El fallido proyecto común
De aquella asamblea resurgió un BNG menos bloque pero más nacionalista gallego. A cuentagotas se fueron yendo los que ostentaron disputarle la candidatura a Jorquera, si bien el timón del «Nuevo Proyecto Común» siempre recayó en el grupo de Beiras. Aymerich fue a rebufo y en la hora de la verdad, los miembros de su agrupación vieron cómo ellos abandonaban el Bloque mientras su líder se arrepentía y buscaba el cobijo -y el perdón- entre las filas del BNG.
Lo obtuvo, y aunque tras la asamblea de Amio dijo que su futuro pasaba por volver a la universidad, conservó su escaño en el Parlamento gallego y ahora lidera la lista del Bloque por Pontevedra. De Aymerich reniegan los que fueron sus compañeros, embarcados en un nuevo proyecto dentro de Compromiso por Galicia, agrupación formada mayoritariamente por parte de los militantes de Máis Galiza y por la Acción Galega de Rafa Cuiña o «un escindido del PP», tal y como lo denominó el diputado nacionalista.
Ellos, junto a la experiencia de «Syriza» gallega creada por Anova y por Esquerda Unida bajo las siglas de Alternativa Galega de Esquerda, conforman las opciones «pseudonacionalistas» entre las cuales deberán elegir los votantes eminentemente nacionalistas en estos comicios.
Aunque estuvo alejado de las primeras filas de la política en los últimos tiempos, Beiras irrumpe en el panorama político gallego de nuevo amenazando con obtener algún escaño en el Parlamento y eliminar el clásico tripartito de fuerzas en la Cámara. Más representatividad de siglas en detrimento de una pérdida de fuerza parlamentaria en el BNG.
«Si no se refunda el Bloque, quedará su esqueleto : la UPG y el mal llamado "quintanismo". Y que se presenten ellos a unas elecciones, a ver qué pasa», constató en 2009 Beiras. El próximo día 21 sabrá la respuesta.
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