Urkullu pide que se reconozca la «realidad nacional» del País Vasco y una nueva política penitenciaria

Todo ello en pos de «la cultura de la paz y el pluralismo», ha subrayado el presidente vasco en un encuentro digital de Europa Press celebrado esta mañana. El lendakari ha incidido en que en el territorio quedan «tareas pendientes» después de la disolución de ETA, y una de ellas se refiere a los «derechos humanos». No solo los de las víctimas, ha matizado, sino también la de los propios reclusos de la banda: «Cada persona presa debería estar encarcelada en su Comunidad Autónoma» , ha apuntado.

Urkullu ha abogado en este sentido por «promover una nueva política penitenciaria», un viejo anhelo de su gabinete que comienza a tomar forma. Esta misma semana, de hecho, el Gobierno vasco se reunirá con el central para abordar un nuevo calendario de transferencias competenciales, y en él estará muy probablemente la gestión de las prisiones. Paralelamente, en las últimas semanas se ha producido un goteo constante de concesión de terceros grados y acercamientos de etarras .

El propio Urkullu avanzó ya el pasado mayo su deseo de trasladar al País Vasco a los cerca de 330 presos con «raíces» en esta autonomía , de los cuales la gran mayoría, unos 200, están vinculados a ETA. Hoy, el lendakari ha vuelto a ahondar en esa idea con la intención de «asentar y fortalecer la convivencia» . «Va a seguir siendo una prioridad de nuestro proyecto de futuro», ha anunciado.

La otra reivindicación del líder nacionalista es la referida al autogobierno del País Vasco, que de hecho no ha dejado de engrasarse a raíz del estallido del estado de alarma debido a las concesiones del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Entre ellas, la promesa de que próximamente se cederá la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) a los Gobiernos de País Vasco y Navarra, lo que abre a su vez una ventana de oportunidad a un futuro traspaso de la Seguridad Social.

En este escenario, Urkullu se ha marcado dos objetivos. El primero, «completar el Estatuto de Autonomía de Guernica», en el que interpreta que hay más de tres decenas de competencias que aún no se han traspasado. Pero además, el lendakari tiene intención de «acordar un nuevo estatus político de futuro» que reconozca «la realidad nacional, la singularidad del autogobierno vasco» , de forma que se «asiente una relación bilateral con el Estado y favorezca la presencia y proyección internacional de Euskadi».