La miel y la almohada de Arias Cañete en su particular «turbocampaña» electoral

Miel para la voz y una pequeña almohada, o más bien un reposacabezas, para poder descansar en el coche que le traslada de un lugar a otro junto a su jefa de prensa y el de gabinete. Es el equipaje de Arias Cañete para afrontar esta campaña electoral en la que ya lleva recorridos 15.116 kilómetros en doce días y ha participado en 24 actos sectoriales y 21 públicos.

Poco más necesita el candidato que se organiza cada día una agenda de vértigo para conseguir llegar al máximo número posible de ciudadanos, cumpliendo así lo que dijo cuando fue designado candidato: «Haré una campaña pueblo a pueblo. Cara a cara con la gente».

A Miguel Arias Cañeta le gustan las campañas electorales y el contacto con la gente. Desde la década de los 90, cuando fue candidato en dos ocasiones al Ayuntamiento de Jerez, no había vuelto a ser el protagonista de una de ellas.

Ahora reconoce que todo ha cambiado, sobre todo las nuevas tecnologías. Se ha visto sorprendido por la moda del selfie», que «amenaza gravemente», es un decir, su agenda. Su equipo de campaña no solo tiene que programar la hora de inicio y final de los actos electorales, sino que hay que contar con una hora más para que el candidato se haga fotos con los simpatizantes del partido .

Esta nueva técnica de márketing publicitario está siendo utilizada por el cabeza de lista del Partido Popular al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, que no repara en fotografiarse una y otra vez con quien así se lo reclama. El candidato popular es consciente de que no hay nada mejor para congraciarse con los votantes que fotografiarse con ellos y dedicarle unos minutos a quienes se han molestado en asistir a los numerosos actos en los que está participando. Su equipo ya sabe que, una vez finalizado, el acto, no saldrán antes de una hora u hora y media, del recinto donde se ha celebrado.

Hace unos días, en una comida-mitin con más de 600 personas en San Clemente (Cuenca), Arias Cañete no dudó en acercarse una a una, junto con la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, a todas las mesas y fotografiarse con los asistentes. Y si se le escapa una, ya habrá alguien del partido que lo reclamará. «Te quedan dos meses del pueblo», le decía la alcaldesa de un municipio de la Comunidad a un candidato que se secaba el sudor, después de estrechar miles de manos. «Vamos para allá», le responde, mientras que su equipo trata inútilmente de sacarlo de la multitud para continuar la ruta.

Considera que el contacto con la gente es la mejor campaña electoral, más que los mítines y los actos con los que ya están prácticamente convencidos. Muchas veces sorprende a los ciudadanos, como le sucedió el jueves cuando regresaba en el AVE desde Albacete a Madrid para terminar la jornada. En Albacete saludó, mientras esperaba el tren junto a María Dolores de Cospedal, a un discapacitado. Éste le dijo que también viajaba en el tren pero que «no se iba a atrever a saludarlo» en el vagón. Arias Cañete aceptó el reto y no dudó en sentarse con el joven para charlar con él. Éste le expuso sus quejas sobre las pocas plazas para discapacitados que hay en el tren, Arias Cañete está dispuesto a trasladar su queja a la ministra de Fomento, Ana Pastor.