¿Nadie la quiere como nosotros?

Tras un añito para olvidar, en el que ha pasado absolutamente de todo y un poco más, el halo de esperanza llama a la puerta del Sevilla FC entre la inspiración invernal de Monchi y los concienzudos brotes del Sampaoli más cómplice y pragmático. Ese inusitado cóctel está logrando encender la llama del juego y los resultados. El Sevilla FC que no había ganado ni un partido liguero en casa hasta enero suma ya cuatro triunfos consecutivos en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Las sonrisas vuelven… con mesura, aún con la boca pequeña. Son más por alivio que por jolgorio. Lo que queda por delante es un mundo y el sevillismo barrunta perfectamente que un par de patinazos en la dura escalada te catapultan rápido al hoyo. En medio de la huida de la quema y con el equipo (al fin) con la flechita para arriba, aparece en el camino una historia por escribir, ya veremos si de terror o épica.

Las prioridades son claras, aunque la propia naturaleza de la institución y la rabia acumulada de un vestuario y un técnico con ansias de demostrar pueden imantar una jarana histórica. El Sevilla FC vuelve a la Europa League , su torneo por antonomasia. Viene el jueves el PSV, con Luuk, bigoleador de la última final ganada por los blanquirrojos al Inter de Milán. «Nadie quiere la Europa League como nosotros», han profesado siempre desde todas las esquinas de Nervión. Las misiones y urgencias de este Sevilla FC están más que definidas, pero cuando la Europa League se le cruza al hexacampeón...