Sevilla FC
Lo que diga Fabrizio
«De entre tanta hojarasca informativa y deformativa uno se queda con la palabra de un tipo que se ha ganado el prestigio de sus informaciones respetando siempre los hechos»
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Iniciar sesiónA la hora de escribir este artículo, ya entrada la mañana de ayer, Jules Koundé habría fichado por el farsa por casi todos los influencer de las redes sociales y, obviamente, por la mayoría de diarios deportivos del área de influencia barcelonista. Pero la realidad ... era otra. La realidad era que, papeles iban y venían desde Londres a Nervión, para cerrar un fichaje de muchas pounds, aún non nato, sin el aval de la nota oficial del club. Quiero decir que, Jules, para algunos monstruos de la comunicación, ya estaba en el bonito barrio de Chelsea, había pasado reconocimiento médico y hasta posado para los tabloides londinenses con la camiseta de su nuevo y muchillonario club. Pero el chico continuaba en Lagos, junto con sus compañeros, quemando etapas en su recuperación tras la intervención de pubis a la que fue sometido. Ando buscando un calificativo a esas firmas de los medios y de las redes, algunas con quinientos mil seguidores, que no solo no dan una a la hora de hacer sus predicciones, (qué sería de GAD3 y de Narciso Michavila si estos cabezas de huevo trabajaran para su demoscopia), sino que además no les interesa. Su único interés está del lado de la sombra institucional que los cobija, directa o indirectamente, por contrato o por simpatía.
Sigo sin dar con el calificativo. Los que más me saltan en la tecla son los de papafritas y patrañeros, pero temo quedarme muy corto, lejos de alcanzar el objetivo. Una banda de objetores de la verdad, obedientes tan solo a las que les dicta la voz de su amo, han estado interfiriendo mediáticamente en el fichaje de Koundé desde las diferentes palancas informativas que mueven sus intereses. Especialmente en Cataluña donde las bermudas rojas de Laporta dan la dimensión aproximada de un presidente que, peligrosamente, parece aspirar a la siempre agradecida por el público actuación de los payasos. La cosa ha tenido sus bemoles. Porque el trabajo que nunca hizo, al parecer, el Barcelona para pleitear por Koundé, lo hicieron los de la brigada falsa o Farsa, como quieran, que han sido los que han incendiado las redes con sus alertas de laboratorio. De haber sido cierto lo que decían, al menos en un treinta por ciento, Koundé ya tendría sus hijos apuntados en un colegio de la Barcelona fetén, pese a que el francés no está casado y se le desconocen hijos de su sangre en el registro civil. Lo que Laporta callaba, lo proclamaba su acorazada de la Farsa, en un intento de mantener vivo el deshonroso récord que este año ha batido el Real Madrid con el no fichaje de Mbappé. En este asunto, mediando menos tiempo que en el mano a mano de Florentino con el jeque del PSG, Laporta ha sumado tanto o más ridículo que los de Concha Espina.
De entre tanta hojarasca informativa y deformativa uno se queda con la palabra de un tipo que se ha ganado el prestigio de sus informaciones respetando siempre los hechos. Y analizándolos sin direcciones obligatorias. Se llama Fabrizio. Y yo le hago el mismo caso que a mi mujer. O sea, lo que diga Fabrizio. Las claves más cercanas al culebrón Koundé podría haberlas dado él, junto con otros compañeros de la profesión que la viven al margen de sintonías teledirigidas. Koundé parece que ni tiene hijos ni escuela en Barcelona donde llevarlos. Cerrado este capítulo de cuentos fantásticos, lo que más me importa como sevillista es poder decirle adiós con el corazón a un central que, junto con Diego Carlos, formó el eje de la zaga más potente que vio Nervión en muchos años…Suerte, Jules.
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