Sevilla - Valencia: este Sevilla sí es reconocible
El arranque apabullante, con tres goles en 20 minutos, le dio la victoria a los de Lopetegui, que volvieron a su esencia
Rafa Mir celebra su gol al Valencia
Estaba el aficionado sevillista con la mosca tras la oreja con el juego de su equipo porque, en este arranque raro de temporada, no terminaba de encontrar la versión de la que ha hecho gala estas dos últimas campañas en la gran mayoría de sus ... partidos. Echaba de menos esa agresividad, la intensidad y el ritmo alto desde el principio del encuentro. Ese salir a por el rival desde el pitido inicial. Si eso ocurre y, encima, tu rival se inmola con errores groseros en defensa y portería, miel sobre hojuelas. Y es que ayer tuvo la alineación de planetas ideal el conjunto sevillista. Un buen rendimiento sobre el terreno de juego y un equipo de Bordalás dejando de lado una de sus mayores fortalezas, el trabajo defensivo. En 21 minutos el Sevilla puso tierra de por medio con un 3-0 y ya sólo le restó no complicarse mucho el encuentro y no dejar que el Valencia creyera en la remontada. Lo acabó logrando con mayor solvencia en la segunda parte, donde los cambios de Lopetegui terminaron de frenar el ímpetu valencianista para dejar satisfecha a su afición y mantener la imbatibilidad en esta liga en la que aún tiene un partido pendiente ante el dubitativo Barcelona.
El duelo, casi sin que se hubiera sentado la gente en su ubicación, arrancó de la mejor manera para el conjunto sevillista. Papu Gómez , hoy en su posición más efectiva, aprovechaba un robo de Montiel y un pase en profundidad de Lamela para batir en su disparo a Mamardashvili y adelantar a su equipo muy pronto. Atentísimo el lateral y clarividente el ex del Tottenham para fabricar una conexión argentina que produjo la primera alegría para una afición ciertamente enfadada por tener que ver dos sectores de su grada cerradas al público.
El gol dio un poso de confianza que siempre viene bien cuando las piernas aún no están calientes. El ritmo era cosa del equipo de Lopetegui, que no sufría con la habitual presión muy adelantada de los equipos de Bordalás. Encima, un nuevo error, este aún más grosero, ponía en franca ventaja a los sevillistas en la acción del 2-0. Montiel se incorporaba en la banda derecha y su centro al área tocaba en la espalda de Lato para elevarse mucho en el área. Rafa Mir , en su pelea con Alderete, no la tocó, como tampoco lo hizo Jordán, cuyo amago de remate pareció despistar a un Mamardashvili que vio como quedaba retratado al superarle el balón e introducirse en su portería. En la banda, la cara de José Bordalás era un poema y seguro que su cuerpo le pedía reemplazar a media defensa y a su portero.
Un deseo que aumentó exponencialmente cuando, sólo cinco minutos más tarde, un pelotazo de Fernando en una falta cerca del área sevillista buscó la carrera de Rafa Mir que, tras ganarle la partida a Alderete , superó con un toque elevado a Mamardashvili para hacer el 3-0 con sólo 21 minutos transcurridos. Partido cómodo ante el equipo de Bordalás, un adjetivo que rara vez se empareja con el técnico ahora en las filas del Valencia.
Pero, precisamente a diferencia de lo que ocurría en los últimos años en el Valencia, el carácter de su entrenador invitaba a pensar que no iba a darse por vencido. El gol de Hugo Duro les dio esa pizca de convicción. A la media hora de juego recortó distancias en el rechace de un despeje de Ocampos que el delantero acertó a rematar para, con la ayuda de la puntera de Diego Carlos , superar a Bono y colocar el 3-1 en el marcador. Esa convicción de lograr algo puso el partido tenso, intenso, y Sánchez Martínez se calentó con las tarjetas muy fácilmente para repartir cartulinas a diestro y siniestro. Los sevillistas incluso reclamaron un penalti por una caída de Ocampos que ni siquiera revisó en el VAR.
Tras el paso por vestuarios Lopetegui tenía claro que debía controlar el duelo y que no se le escapara la victoria por detalles, así que retiró del campo a los amonestados Montiel, Jordán y Rafa Mir, que dejaron su sitio a Navas, Rakitic y En-Nesyri. El marroquí tuvo una buena opción en una acción en la que Navas encontró a Lamela en el área y este le puso un balón, sin mucha tensión eso sí, a la cabeza, pero el remate salió centrado. La incorporación de Delaney por Ocampos terminaba de dejar claro el objetivo de propiciar que no ocurriera nada más en área propia. El Papu Gómez llegó a disponer de una ocasión en un centro tras internada de Jesús Navas, pero no enganchó bien el remate a bote pronto, que se fue alto. Los cambios sentaron muy bien a un Sevilla que durmió el partido hasta que llegó a su final sin más noticias que un remate cercano al palo de Jesús Navas. Tres puntos más, imbatido y a esperar al Espanyol.
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