Sevilla - Osasuna: Un poquito de reseteo

Con todo ello, y si bien Lopetegui no se destaca por dar pistas en cuanto a su idea de once, se presupone que volverá a hacer varios cambios importantes para ganar en seguridad y equilibrio. La idea de contención falló en Mallorca en los primeros 60 minutos y no habría que descartar que le volviera a dar la titularidad a Delaney. Hay que recordar que el danés jugó de inicio en el último partido del Sevilla en el Sánchez-Pizjuán, ante el Levante, y brilló con facilidad. Cortó balones y jugó con criterio. Atrás, y si bien sería lo más normal que el entrenador sevillista repitiera con la misma línea de los cuatro defensas, es decir, Navas, Koundé, Diego Carlos y Acuña, puede haber dudas en torno a la figura del lateral argentino, con algunos problemas en los últimos encuentros. Acuña, desde que volvió de Argentina y tras pasar por algunos problemas por una lesión en el tobillo, ha tenido algunas dificultades para encontrar el equilibrio, muy extraño en él. Sin embargo, Augustinsson, que fue el último en debutar esta temporada, ha ido en camino opuesto y se ha erigido en los últimos duelos en un buen lateral, fiable tanto arriba como abajo.

Sea como fuere, lo que resulta evidente es que Lopetegui tratará de que sus futbolistas, juegue quien juegue, lleven el control del partido. En el Sánchez-Pizjuán no se discute. Un dato que invita a la reflexión pasa por recordar que el Sevilla lo ha ganado todo en LaLiga como local: doce de doce puntos. Los problemas son menos problemas cuando el Sevilla asume el mando y se interesa por ir a por la meta rival desde que el colegiado inicia el inicio del encuentro.

El contratiempo, sin embargo, al menos en el día de hoy, es que el que visita Nervión es nada más y nada menos que el mejor equipo como visitante. Lo del Osasuna esta temporada cada vez que juega lejos de su estadio es digno de alabanza. Ha jugado cinco partidos y ha ganado 13 puntos. Venció en los estadios del Cádiz, el Alavés, el Mallorca y el Villarreal y empató en el del Madrid en un duelo que incluso pudo haber vencido el pasado miércoles. El entrenador, Jagoba Arrasate, ha sabido darle a su equipo la personalidad adecuada para jugar con descaro con el que sea, siempre con la consigna de jugar con las líneas muy juntitas. El Osasuna es un experto en acotar los espacios y eso intentará en la tarde de hoy.

Por todo ello, se antoja como imprescindible en el Sevilla jugar bastante por banda. Como juegue mucho en horizontal y no encuentre la forma de convertirse en un punzón, malo. Las pizarras son claras en este sentido. El conjunto rojillo tratará de buscar el error del conjunto en la salida de balón, y los nervionenses, con movimientos rápidos, intentarán llegar a la meta rival desde distintas zonas. Esos son los objetivos. Hace mucho ya que el fútbol se hizo para los atletas. Hoy es un buen ejemplo para identificarlo, con dos equipos, cada uno con sus armas, recorriendo kilómetros con la presión como principal baluarte.

Después está el lado anímico. Mientras que el Osasuna llega al encuentro con la satisfacción que le da seguir estando imbatido esta temporada como visitante, en el Sevilla se busca la sonrisa. A pesar de que está clasificado en la segunda posición y que está a tan sólo un punto de igualar su mejor marca tras 10 partidos en este siglo XXI, las sensaciones son de contrariedad por lo que ocurrió en Mallorca. Los jugadores del Sevilla, aún en el vuelo de vuelta a la ciudad hispalense desde tierras insulares, seguían hablando de la decisión del colegiado de quitarle dos puntos en el último suspiro por entender que Fernando había tocado el balón de manera voluntaria. Pero ello ya pasó. Y Lopetegui se encargó de hablar con el grupo para recalcarles que lo de Mallorca no tenía solución, y que lo único que le inquietaba era regalarle a la afición un nuevo triunfo. Los próximos tres partidos, justo antes de que llegue el tercer parón liguero, pueden marcar el futuro a corto plazo. Osasuna, Lille y Betis dibujarán lo que será el Sevilla durante las dos semanas que durará el tiempo de descanso por los partidos internacionales. No hay otra. Mallorca acabó, y al Sevilla le toca resetear.