Sevilla - Osasuna: hermoso día de lluvia en Nervión (2-0)
El Sevilla venció con solvencia a un correoso Osasuna y confirmó que en su casa pocos le amargan la jornada
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Iniciar sesiónViento, lluvia, un estadio en su mayoría descubierto y un rival duro que venía sin perder como visitante. Todos los ingredientes para pensar que la tarde del sábado para el sevillista presente en el Ramón Sánchez-Pizjuán iba a ser para el olvido. Incluso para ... pensar que habría opciones más atractivas, como quedarse en casa, algo que más de un sevillista llevó a cabo pues la entrada no fue la mejor. Sin embargo, el aficionado que confió en su equipo, en no dejarle solo a pesar de la adversidad meteorológica, pudo disfrutar de un equipo que salvo pequeños lapsos de tiempo, supo en todo momento hacerse con el partido y buscar con ahínco y sin desespero el marco rival hasta encontrar el premio en una jugada a balón parado y en un error del portero rival. Diego Carlos y Ocampos establecieron la justicia en el marcador que ya habían buscado con anterioridad Rafa Mir o Jordán en ocasiones claras para hacer la espera en medio del aguacero que caía en Nervión mucho más atractiva. Osasuna, un buen conjunto, no le quedó otra que aguantar el aguacero y perder entre la lluvia sus primeros tres puntos como visitante.
El once de Julen Lopetegui presentaba algunas rotaciones de cara al importante encuentro del martes ante el Lille. Entraron Montiel, Lamela y Delaney como principales novedades. El choque impuso un ritmo rápido, de ida y vuelta incluso, pero con el rival teniendo algo más de peligro en sus acercamientos. Tras una falta directa fácil para las manos de Bono y un remate de Oier en un saque de esquina que se marcha rozando el poste, respondió el Sevilla con la más clara hasta el momento, en un remate de cabeza de Rafa Mir sólo en el segundo palo que pocos se explicaban cómo no habían cantado gol.
Osasuna tenía claro el guión, no le importaba no tener el balón, registrándose a los 20 minutos una posesión de 84%-16% en favor de los locales. Como si de un juego de niños se tratara, el Sevilla pareció caerse en un charco y empaparse tanto que le costó salir del mismo y retomar el camino trazado. Era incapaz de acercarse al área navarra, le faltaban ideas. Pero duró hasta que Jordán avisó claramente con un remate al poste. Tras un buen centro de Rakitic a la incorporación del catalán, el rechace le vino a la izquierda a Montiel, que se la entregó al portero rojillo. Fue el preludio del 1-0, que acabaría llegando a seis minutos del descanso. Diego Carlos aprovechaba su posición desmarcada para cabecear el fondo de la red un buen saque de esquina de Rakitic. Acabó mucho mejor el Sevilla, haciendo gala de su peligro a balón parado en otras acciones y relegando al rival en su mitad del terreno de juego.
El paso por vestuarios pareció haber renovado los ánimos de los navarros, que saltaron al terreno de juego buscando el empate. En el Sevilla, por el contrario, Montiel vivía el infortunio de una lesión y debía ser reemplazado por Navas. Para una vez que salía de titular, el físico no le acompañaba. El duelo estaba en ese terreno neutral en el que no sabes si la balanza va a seguir inclinada a tu favor cuando un pelotazo de Bono en largo provocaba la indecisión entre Areso y Juan Pérez, algo que aprovechaba Ocampos para, no sin suspense, anotar el segundo de la tarde y quitarse muchos kilos de presión de encima por su falta de gol. La celebración habló mucho de cómo lo sintió el argentino.
Lopetegui comenzó entonces a refrescar su once sacando del campo a Jordán de cara al duelo ante el Lille y metiendo a Gudelj. El Sevilla se encontró muy cómodo ya con el duelo a favor, no tenía prisa y durmió el partido poco a poco. Incluso le dio al técnico para darle los primeros minutos a En-Nesyri tras superar su lesión, así como para retirar a un exhausto Delaney. Ocampos, tras un pase al hueco de En-Nesyri, perdonó un mano a mano con Juan Pérez, estrellando su remate en su cara. Lamela fue excesivamente chupón en una acción. También, en el área contraria, la tuvo Ontiveros, que remató alto. Final del partido. Fue un buen comienzo para una semana importante en el Sevilla. Fue un hermoso día de lluvia en Nervión.
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