Sevilla - Barcelona: Colecciona errores y rompe ilusiones (0-3)
El Sevilla sucumbe ante el Barça y aumenta una crisis que parece no tener fin; iguala el peor arranque de su historia
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Iniciar sesiónPosiblemente, no sea esta una de las crónicas más leídas. Y lo entiendo. Revivir el dolor siempre fue poco inteligente. Tener que volver a pasar por un mal trago un domingo no puede ser recomendable para quien ayer sábado se llevó un nuevo sofoco con ... su Sevilla. Pero permítame que le pida que continúe un poco más y no abandone aún estas líneas. Hay mucho que contar: El equipo está roto, hundido, dando muestra constante de que así no puede llegar nada bueno. El equipo es hoy un mar de dudas, de nula capacidad mental para superar cualquier golpe. El equipo está sufriendo. Demasiado. No hay por dónde cogerlo. El Barcelona, con poco, con lo justo para hacer los deberes, se fue del Sánchez-Pizjuán con un triunfo diseñado en las áreas, con solvencia atrás y con acierto delante. Fácil, ¿verdad? O eso parece. Porque el Sevilla, que empezó muy bien y que llegó a tener hasta de dos ocasiones claras para ponerse por delante en el marcador, fue la imagen del mayor desespero. Los jugadores de Lopetegui se vaciaron. Y eso hay que decirlo. En ningún caso se puede hablar de un problema de actitud. Es mucho más que eso. El Sevilla es un enfermo.
El equipo hizo un inicio de partido súper interesante, presionando arriba y dejando a Busquets sin brújula. El ambiente era de noche grande, de verano, buen clima y juego de muchísima calidad de un Isco venido a más. Suyo sería el pase magistral en el minuto cuatro que casi le da a Rakitic el gol. Pero pasó lo de casi siempre en esta temporada, con una falta de acierto más que preocupante en el área visitante. El Sevilla parece que colecciona errores. Lamela, Isco, En-Nesyri... Todos se acercaron a la meta de Ter Stegen con el mismo acierto: cero. Los de amarillo, ayer el Barcelona, tardaron apenas unos minutos en responder... con acierto. Hay una ley no escrita en el fútbol que parece avisar de lo que está por llegar cuando fallas tanto. Y así fue. En una jugada sin aparente peligro, Raphinha destrozaría la ilusión del Sevilla en el minuto 21. El partido se acabó ahí.
El descaro del Sevilla en el primer tramo del encuentro desapareció, y tampoco los que están llamados a liderar y tirar del carro en los momentos complicados, aparecieron, todo lo contrario. Las dudas del Sevilla terminaron sacudiendo al Barcelona para que hiciera el segundo, en el minuto 36, en esta ocasión con un omnipresente Lewandowski. Lopetegui respondió tras el descanso metiendo a Delaney y Carmona por Jordán y Gudelj, respectivamente, pero nada cambiaría. El equipo necesitaba marcar un gol cuanto antes para hacer dudar al Barcelona. Fue misión imposible. Aunque lo intentó con Lamela de nuevo como protagonista, el que sí respondería a la perfección sería el conjunto azulgrana con un tanto de Eric García en el 51. El central, que jamás había marcado un gol como profesional, tuvo que venir al Sánchez-Pizjuán para dejar su sello. De la decepción y el enfado se pasó a la histeria. Las miradas de los aficionados fijadas en el terreno de juego hablaban por sí mismo. ¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Con sólo un punto de doce posibles, el estado de histeria sigue aumentando en Nervión, y, lo que es peor, no parece tener fácil solución.
Nianzou , con sólo 20 añitos, debe estar flipando. Hace unas semanas vivía tranquilito en Múnich, y hoy se ha tenido que vestir de líder atrás sin serlo. La madurez, el temple y el saber qué hacer en cada momento de Koundé-Diego Carlos ha tornado en dudas, muchísimas. A Fernando el apagafuegos del Sevilla, ya no le queda aliento. Las carreras para intentar frenar los contragolpes del Barcelona dejaron al brasileño herido. Como al Sevilla, un equipo que en apenas dos días recibe al Manchester City de Haaland y compañía. El panorama no puede ser más descorazonador. Los de Guardiola, unos bestias en materia ofensiva, se presentarán en el estadio Sánchez-Pizjuán con las ideas claritas y con la firmeza que le falta al Sevilla, el coleccionista de errores.
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