El rincón de Cazón Palangana
Villarreal - Sevilla: Mi viaje a Villarreal en autobús
«¡Chófer, caaaabrón!
Sólo hay una cosa que canse más en esta vida que viajar en autobús: un vecino aburrío. Cómo quema la sangre cruzarte en el bloque con un vecino de los de toda la vida y notar por su chándal, su bolsa de plástico llena de ... excusas pa salir (más que de recados) y la cariñosa parsimonia con la que te trata, que como no te lo quites de encima de mala gana, te va a dar la del ligre de bengala. Pues, aún así, hay gente que viaja en autobús.
Será la manera más cansada de viajar, sí, pero sin duda es también la más divertida. Seguir a tu equipo desplazándote en un ALSA es que a la caseta de feria que tienes con tus amigos le pongan ruedas. Con este tipo de viajes pasa como en la feria, que, cuando sales de la caseta, el suelo donde pisas ya no te parece el mismo.
El sevillismo se ha querido dar un baño de masas en este domingo de resaca. 1200 sevillones se han desplazado en autobús a Villarreal para animar a su equipo para ponerle el broche a la temporada. O no. Porque a los desplazamientos en autobús se va a cogérsela con tus iguales, a cantar y a pasarlo bien. Y si a los de blanco palangana les da por sumar de tres, mejor se va a dormir a la vuelta.
Son las 5 de la madrugada. Explanada del gol sur, Eduardo Dato. Una hilera de autobuses espera al millar de sevillones para partir hacia «La Galia» de Castellón.
- «Papá, ¿no había otros autobuses pa ir a Villarreal? En los amarillos, vaya puntería»
- «Mejón, así se creen que somos de ellos. Vamos a entrar allí como el caballo de Troya»
- «Potríncame…»
- «Niño, conmigo ni mijita que soy tu padre y te meto un wilesmí rápido y veló».
¿Por qué no han quitado los ceniceros de los asientos de los autobuses? Hoy en día solo sirven pa comprobar que en el neolítico ya se comían chicles. Hay algunos ahí pegaos que están más duros que el talón de un indio. ¿Y el casete? Ha desaparecido del mundo menos del salpicadero de los autobuses. Suena la sevillana de «Campanal-Juanito Arza, el arte con la pelota», clásico de las cintas musicales sevillonas de los 90. Algunos abren el primer bocata antes de encarar la SE-30, otros, los más aburridos (y perros viejos), aprovechan que aún es de noche para echarse un ratito y la mayoría bebe. En este sentido, el autobús parece una calle oscura de Manhattan, porque la gente disimula las bebidas alcohólicas escondiéndola en variopintos formatos. Un litro de Miura en un bote de yoplait, tinto con limón en una garrafa de aceitunas gordales, mosto de Utrera en la cantimplora que te regalaron por la comunión… Todo vale.
Tras varias paradas en ventas de carretera en las que hasta el señor más aparentemente respetable se mangó algo, el chófer, llamado Manolo, decidió no parar más hasta el destino. Entonces, los envases de líquido vacíos empezaban a cotizarse al alza. ¿Cómo voy a mear en un bote de yoplait? Cuando la vejiga aprieta, como si tienes que mear en un salero.
- «Manolo, mamona, para en la próxima gasolinera, ¡que llevamo el bote de gordale hasta los borde!»
- «¡Chófer caaaabrón!»
- «¡No coja más bache, que parese que vamo por Bormujo!»
Con todo y con eso, son ya las 4 de la tarde. Un accidente a la altura de Manzanares ha hecho que nuestro autobús no haya llegado aún a Villarreal. Alguno va tan ciego ya que se ha equivocao y en vez del mosto ha empinao la cantimplora equivocada y ha hecho lo que llamamos un último superviviente. El submarino amarillo no era hoy el Villarreal sino nuestro autobús, porque con tantos chavales fumando cigarritos arrugaos aquello era un submarino y a más de uno le dio un verdadero amarillo. Con ese panorama le pedimos a Manolo que quite el casete y ponga el partido en la radio. Debió pillar Cerámica FM porque los comentaristas eran más del Villarreal que los Roig.
- «El Sevilla Club de Fútbol formará con Bono en portería…»
- «Me da iguá, como si Lopetegui pone a su pare, ¡VAMO SEVILLAAAA!»
- «¿Contra quién jugamo, Juan?»
Imaginaos el ambiente en ese autobús, más caliente que el aliento de un perrito. A duras penas podía oírse lo que decía la radio. Entre cántico y cántico oímos que Bono detenía un demate de Dia a bocajarro.
- «¿Dia? ¿Esta gente no eran del Mercadona?»
- «El Bono lo para tó y el chófer no para ná. ¡Manolo caaabrón!»
También oímos que En-Nesyri tuvo una clara ocasión pero que su disparo fue manso a las manos del portero del Villarreal.
- «Esto es como poner a Sergio Rico de delantero. Qué poquito daño hace el nota.»
- «Dale tiempo, joé, que está saliendo de una lesión»
- «Aro, lleva saliendo 3 meses de una lesión, como se recupere igual que su muñeca estamos aviaos…»
Los comentaristas subían los decibelios porque Chukwueze estrellaba el balón en el larguero y algunos pasajeros del bus empezaban a verle el lado bueno a no haber llegado aún a Villarreal.
- «Manolo, no te meta en ná, tira pa Sevilla, miarma»
En-Nesyri volvía a fallar delante del portero, aunque esta vez la jugada estaba anulada por fuera de juego. Aun así, la guasa con el delantero del Sevilla no cesaba.
- «No mete ni en fuera de juego, quillo»
- «Mejó, que si mete esas luego dan coraje»
- «Po qué quiere que te diga, tengo gana de cogerle coraje porque marque y no porque no lo haga, Juan»
Algunos, al ver que no íbamos a llegar nunca al estadio del Villarreal, sacaban de sus mochilas la artillería pesada: el wiski y el cocacola. Esto es como si Lopetegui sacara al Papu Gómez en el minuto 20.
- «No hay hielo, quillo»
- «Es iguá, a morro, como en las película cuando el protagonista se va a sacá una bala del brazo, que yo se lo he visto hacer a MelGuison»
- «MelGuison se pega el tiro él mismo con tal de beberse un wisky, Juan»
- «También es verdájajaja»
El partido parecía igualarse porque cada vez escuchábamos más ocasiones para el Sevilla.
- «¡Le pega Diego Carloooos…!»
- «Porejito al que le haya pegao, le habrá dejao la cara como al de los goonies»
- «Le ha pegao a la pelota, Juan, en un saque de falta, como en los noventa, cuando le pegaba siempre el fuertesito del equipo»
- «Aro, como Koeman»
- «Y Bango…»
La primera mitad llegaba a su fin con una acción de Lo Celso sobre Diego Carlos. El argentino le dio un plantillazo al brasileño en sus partes y vio la cartulina amarilla.
- «Se ha llevado Diego Carlos una patada en sus partes nobles…»
- «Uf, eso tiene que dolé tela»
- «Ome, la dao en los huevo, Juan»
- «No, si digo que Diego Carlo te dé con los huevo en el pie»
En el descanso empezaron a rular los taperwé como los canapés del cáterin de una boda. Croquetas de la abuela de no se quién, tortilla de papas (el debate de la cebolla lo dejo pa otra clase de seres inferiores, si lleva huevo y papas, palante), filetes empanaos del cuñao de Juan que tiene un bar en El Cerro, hasta menudo que había hecho un nota de Salteras.
- «¡Goooool del Villarreal! ¡Marca Koundé de cabeza!»
- «¡Aclararse, joé!
- «Si es de Koundé será del Sevilla, ome»
Jules Koundé iba a meterse un gol en propia meta, pero el colegiado iba a ser avisado por la Sala VAR, por posible fuera de juego.
- «El árbitro anula el tanto…»
- «¿Entonces no ha marcao el Sevilla?»
- «Ni el Villarreal, Juan, deja ya la cantimplora, que no sabes si estás bebiendo mosto de Utrera o de uretra, jajajaja»
El partido parecía llegar a los instantes finales con el Villarreal volcado sobre el área del Sevilla. Mientras, nuestro autobús entraba en la provincia de Castellón.
- «Amarilla para Capoue (Capú)»
- «¿Todavía está jugando Cafú?»
- «¿Po no está jugado todavía Schmeichel?»
- «Pero ese es su hijo»
- «Jíome»
- «Manolo caaabrón» (desde el fondo del autobús).
Al borde del minuto 90 iba a tener una ocasión clarísima Rafa Mir, solo frente a Rulli.
- «¡La tira fuera Rafa Miiiiir!»
- «¡Otro igual! No la mete nadie»
- «A este le podemos llamar Rafa-Miry, quillo»
Y como casi siempre pasa en estas ocasiones, el que perdona lo paga.
- ¡Gol de Giovanni Lo Celsoooooo, se adelanta el Villarreal!
- Encima nos marca un bético, qué asco, quillo, se me está viniendo parriba el yoniwolke.
El colegiado decretaba 6 minutos de descuento. Esta infamia de partido y el atasco del autobús merecían un final feliz.
- «Minuto 95. Última ocasión del partido. Va a botar el córner el Papu Gómez. Sube a rematar también Bono. Los 10 jugadores de campo del Sevilla metidos en el área del Villarreal. Saca el Papu… salta Bono al barullo… le queda el balón muerto a Koundé… Gol del Sevilla»
- «GOOOOOL»
- «Vamooooooo»
- ¡Quillo, que estaba meando en la lata de un fanta y me meaotoa la mano!
El Sevilla lograba empatar un desastroso partido en el minuto 96. El autobús era ya la caseta de María Jiménez.
- «¡Manolo, para, que estamos en un polígono y me meo toa!»
Manolo: «Caballero, esto es Villarreal»
- «¡Ah, po ábreme la puerta un momentito!»
El pobre chófer claudicaba por fin ante los sevillones, y a modo de premio por el empate conseguido les dejaba bajar del autobús unos minutos.
- «Ea, ya hemos comprao hielo»
Manolo: Venga, pues cierro puertas, que nos vamos.
- «Espera, espera, ábreme un segundo… ¡LOPETEGUI, SIESO! Ahora jí. Venga, Manolo, tira pa Sevilla que no llegamo al trabajo.
*Sirva esta crónica-chufla como homenaje a todos aquellos que viajan en autobús siguiendo a su equipo. También a sus familias, que sufren lo suyo. Vosotros sois el alma de vuestros clubes, los que les dais sentido a todo esto. Aplauso gordo.
El tuitaso
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