Real Sociedad - Sevilla: Un foco amarillo llamado Yassine (0-0)
Bono paró un penalti en una primera parte mala; el equipo mejoró en la segunda, pero no fue suficiente para ganar
Bono, de nuevo salvador con sus paradas
Real Sociedad - Sevilla: Bono se trae un punto (0-0)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónYassine Bono es lo más parecido a un padre que le dice a sus hijos en momentos de incertidumbre (en este caso, cámbielo por sus compañeros) que estén tranquilos, que él, estará detrás aupando, ayudando. Ayer, así lo hizo. Bono es un tipo distinto en ... este mundo de aspavientos y de tanta prisa. Su forma de actuar tras parar el penalti a uno de los mayores especialistas del fútbol internacional, Oyarzabal, lo describen a la perfección. Unos minutos después de las 18.30, cuando la hinchada de la Real se había levantado para prepararse para celebrar el gol del «10», Bono miró al horizonte para cruzarse por espacios de apenas unos segundos con el ídolo vasco. Ni se inmutó. Respiró fuerte. Y se tiró a su derecha dejando las piernas en el centro para romper la alegría local. Lo que vino después fue la absoluta calma. Delaney lo felicitó, y Bono siguió a lo suyo tras mirar al entrenador de porteros, José Luis Silva, que, en el banquillo, no podía disimular su alegría. La mente de Bono va por otro lado. Mientras que los locales caían en la desesperación, él, como un foco, de amarillo chillón, seguía a lo suyo sin perder la concentración ni por un momento. Poco después, bien colocado, desbarató una gran ocasión de Isak. Más tarde, más de lo mismo. Más calma, incluso cuando tras el partido el periodista de Movistar LaLiga le preguntó por la acción del penalti. Bono dijo que sí, que no, que alguna vez se paran los penaltis, que otras no... y terminó metiéndose en el vestuario del estadio de San Sebastián sin querer hacer ruido.
Bono es mucho más que un portero de fútbol. Creció en las dificultades y en una familia que defendía y defiende los estudios como base para el progreso. El padre de Bono es profesor universitario en Casablanca, el hermano de Bono trabaja en una biblioteca; y Bono, el héroe de nuevo ayer del Sevilla, tiene a bien compartir constantemente la reflexión con los suyos. Seguramente, todo ello ha tenido mucho que ver para que nunca se rindiera, incluido, cuando el Atlético dejó de contar con él y su cesión al Zaragoza no salió como él esperaba. Cada paso atrás, cada complicación, terminó por minar el carácter de un ganador nato.
El duelo comenzó con las complicaciones propias de un equipo que no asumió el control del mismo. La Real Sociedad, que apenas había podido preparar el partido tras jugar dos días antes ante el PSV en Eindhoven, no notó el cansancio y comenzó por apretar arriba buscando el error en la salida de balón del Sevilla. Aunque la primera ocasión del encuentro la tendría el equipo nervionense con Lamela como protagonista tras tirar desde fuera del área, los primeros 45 minutos serían sin duda de los locales. El equipo de Imanol Alguacil se gustaba y triangulaba con facilidad ante la inquietud de un Lopetegui que no veía nada claro lo que estaba pasando. La Real se crecía por momentos, y el entrenador sevillista optó por hacer dos cambios tras el descanso al meter a Ocampos y Óscar Rodríguez por Rakitic y Lamela, respectivamente. Papu Gómez dejó la banda y se metió por el centro, lo que hizo que el Sevilla empezara a encontrar la brújula perdida en un inicio. El argentino, como sabe, empezó a mover el balón y el centro del campo dejó de tener los colores de la Real Sociedad. Poco después, y con Jordán en el terreno de juego, el Sevilla se sentiría aún más cómodo para intentar buscar con más empeño el área local. Los jugadores de Imanol Alguacil ya no corrían tanto, y se resguardaron para los últimos minutos.
Sin embargo, el Sevilla, si bien ya vivía en el terreno de juego de la Real, no terminaba de presentarse con criterio ante la meta defendida por Ramiro. Sería Rafa Mir , que había entrado en el minuto 69 para sustituir a En-Nesyri, el que gozaría de la ocasión más clara del encuentro. El murciano, partiendo desde la derecha, se fue con potencia de su marcador y chutó fuerte, pero su lanzamiento lo pararía el portero local con alguna dificultad. El grito de rabia de Rafa Mir se escuchó. Apenas quedaba ya tiempo y los dos equipos empezaron a pensar que quizás no era tan malo el punto. Los dos cuadros frenaron y se presentaron en la recta final con la idea de no cometer errores que pudieran reventar el partido. Bono y los otros 15 (al final también entraría Rekik) jugaron con la cabeza, y sin ánimo de jalear un ataque de locos. La Real ya había levantado la sábana blanca. Y el Sevilla, con el salvador Bono, comenzó a pensar en Valencia. El miércoles en el Sánchez-Pizjuán, día y estadio para dar una versión muy distinta al de la primera parte de San Sebastián.
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete