Real Madrid - Sevilla FC: Alguien puede explicar para qué está el VAR
El Real Madrid remontó el gol inicial de Rafa Mir tras no pitar el colegiado un penalti de Alaba a Ocampos en la primera parte
Lopetegui: «Nos han ganado un partido en el que hemos sido superiores»
Monchi: «Es penalti clarísimo, esto no es nuevo»
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Iniciar sesiónLo peor es la incomprensión; no entender nada. Para qué está el VAR. ¿No se le ocurrió a De Burgos Bengoetxea avisar a Sánchez Martínez para que viera repetida la acción de Alaba sobre Ocampos? ¿Tan difícil era? ¿Cuál es la norma? ¿Se avisa o ... no se avisa? ¿Cuándo se avisa? ¿Falló la línea de transmisión? Misterios así terminan en negligencias. El error humano se puede asimilar; pero la omisión voluntaria sólo corrompe aún más. Lo que ayer sucedió en el Santiago Bernabéu no fue una medida de castigo al Sevilla, sino mucho más. Alaba le hizo un traspiés a Ocampos dentro del área en el minuto 35, y los colegiados, mirando para otro lado, le dieron una patada a la lógica. Al sentido común. El partido iba 1-1 tras empatar Benzema el gol inicial de Rafa Mir y la primera repetición de la polémica jugada llegaría unos minutos después. Demasiado tiempo, para lo que se acostumbra. Unas milésimas de segundos después, las redes sociales de muchos sevillistas explotaron.
Hubo de casi todo, la mayoría, mensajes de sorpresa y malestar, pero también se pudieron leer algunos textos que invitaban, al menos, a la reflexión: «¿Otra vez? Sí, otra vez». Al estilo marcado por el presidente del Sevilla, José Castro, cuando se jactó de ganar copas de la Liga Europa, los hinchas de Nervión tiraron de ironía para escenificar lo que había sido un escándalo.
El Sevilla, como casi siempre, cayó en el Bernabéu, pero en esta ocasión lo hizo con la dignidad de un equipo superior en la primera parte, y que cayó en la segunda por el alto esfuerzo realizado. El equipo comenzó a lo grande, fuerte y dominando los espacios para someter a los de Ancelotti. El Madrid se quedó sin balón y tras apenas 11 minutos ya el Sevilla se puso por delante con un golazo de Rafa Mir. El delantero murciano, de cabeza, hizo el 0-1 tras hacer un buen desmarque y al aprovechar un centro medido de Acuña en el lanzamiento de un córner desde la izquierda. El Madrid entró en barrena, sin el ánimo suficiente para superar las líneas de presión de los de Nervión y viendo cómo su afición comenzaba a dudar. Con Fernando, Jordán y Rakitic en el centro del campo, el partido estaba perfecto para el Sevilla para dar un nuevo zarpazo en la incertidumbre local. Rafa Mir, por dos veces, y Ocampos, con un disparo al larguero, a punto estuvieron de aumentar la ventaja. El ex del Huesca se encontró con Alaba en su primer disparo, y luego con Courtois en un paradón del meta belga al sacar su mano izquierda cuando el balón ya se colaba. El Sevilla se gustaba y los 600 aficionados se escuchaban . Todo estaba perfecto para los intereses de un Lopetegui tan activo desde su zona técnica como locuaz con sus hombres más cercanos.
Sin embargo, y cuando parecía que el partido, esta vez sí, podía llevárselo el Sevilla, el Madrid resucitaría con un gol de Benzema tras un error de Bono al no atajar un disparo lejano de Militao. El marroquí no pudo blocar el balón, y, tras dar en el palo, el delantero francés del Madrid sólo tendría que empujarlo para firmar las tablas. Fue una pena para Lopetegui y sus hombres, mucho mejor posicionados y con la aureola perfecta para tratar de asaltar un campo prohibido. El Sevilla lo había hecho todo perfecto hasta entonces. Después, y tras unos minutos de lógicas dudas, llegaría la jugada que pudo marcar el encuentro del Bernabéu, el no penalti de Alaba a Ocampos que terminó por reflotar a los madridistas.
En la segunda parte, y si bien el Sevilla comenzó llevando de nuevo la manija del partido, el Madrid fue mejorando, sobre todo, con los cambios realizados por Ancelotti. El Sevilla, por contra, y si bien tenía a nuevos jugadores en el terreno de juego, caso de Delaney, Óliver Torres, y Óscar Rodríguez, se fue apagando muy poco a poco. El empuje se diluyó, y el Madrid lo tomó como otro regalo. Vinicius, que no había hecho nada durante todo el duelo, aprovechó para irse de Ocampos tras un magnífico control con el pecho y marcar un golazo en el 86 para cerrar la fechoría.
Fin. Ya saben cómo...
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