«Sergio Ramos se hará querer en el Ramón Sánchez-Pizjuán»

Sólo el fútbol es capaz de darle la vuelta a las emociones como un si fuera un mero corazón prestado que aún palpita. Esa y no otra es la única intención que tiene el aterrizaje de Ramos en Nervión, cuya gestión no se activó hasta que cerró el mercado de fichajes, sobre todo, por la oposición popular que se respiraba dentro del consejo. Le ha dicho que no a 20 millones de euros anuales árabes y a otros tantos del Galatasaray porque su amor por el Sevilla no entenderá nunca de talonarios. O al menos así lo aseguran quienes conocieron aquel pequeño sevillista pelado a capa que se hizo hueco entre los gigantes: Pablo Blanco, Juan José Bezares y Ramón Quintana , nombres y apellidos insoslayablemente coloraos que rebautizan la crin del camero en ABC de Sevilla . Pero será Nervión quien acabe diciendo misa.

« Yo soy de Sergio Ramos por una razón: porque lo conozco desde que era pequeño, desde que tenía doce años, y tenemos amigos comunes y conozco su familia de toda la vida, claro. Al padre lo conocí hace ya 40 años, y tenemos buena relación. ¿Qué me parece que vuelva? ¡Por mí que no se hubiera ido!, pero en aquel momento necesitábamos su venta económicamente y fue una operación muy buena para el Sevilla». A quien lee primero es nada menos que al director de la cantera sevillista, a quien en muchas ocasiones han atribuido el descubrimiento de Sergio Ramos. Pablo Blanco sostiene que el central no viene ni mucho menos a pasar un retiro vacacional: «Va a aportar liderazgo, experiencia y muchas cosas buenas. Futbolísticamente, cada vez que vestía la camiseta de la selección y ganaban un título, él se ponía su bandera del Sevilla», aclara, antes de soltar un ligero carcajeo sobre cómo lo recibirá Nervión. «Con la afición sevillista pasará como con los toros: habrá división de opiniones. Somos tantos, somos más de 40.000, y es normal que haya división de opiniones y todos los que estamos ahí trabajando en el fútbol estamos cuestionados. La gente opinará y el tiempo también opinará» .

Conociendo cada latido del Sánchez-Pizjuán como lo conoce, el XI Dorsal de Leyenda subraya que ver a Jesús Navas y Sergio Ramos en el mismo equipo de nuevo servirá para destapar el tarro de algunas infancias: «Creo que van a seguir a seguir teniendo cuerda para rato. Ramos y Navas tienen calidad y son del tipo de jugador que al Sevilla le gusta. Nunca se rinden y van siempre a una. Al final terminarán retirándose en el Sevilla. ¿Si todo ese esfuerzo redundará en el cariño del sevillista? A Jesús siempre hay que quererlo; Sergio se va a hacer querer en el Sánchez-Pizjuán», señala.

De Ramos, muchos compañeros y excompañeros resaltan siempre su carácter y pundonor, pero nadie olvida que su sentido de la humildad se fraguó en Sevilla. Por eso ahora que estará junto a canteranos como Juanlu o Kike Salas, el camero los tratará justo como los trató a él el mítico Bezares, ídolo cadista, y hermano futbolístico del sevillista: «Ha demostrado que por encima de todo quería volver al Sevilla. Ha esperado hasta el último momento con ofertas superiores, y la verdad es que tenía muchas ganas de volver, esperando hasta el final. En cuanto ha habido contacto se ha arreglado rápido. Está muy contento, los allegados a él sabíamos lo sevillista que es. ¿Su recibimiento en Nervión? Estoy seguro de que la mayoría de la gente lo va a aplaudir. El otro tanto por ciento que todavía le guarde rencor, no creo que le pite, la afición del Sevilla sabe que lleva su escudo. Creo que esa parte va a guardar silencio esa parte, va a esperar, de la forma que actúe en el campo, que no me cabe duda que será un líder cuando toma el paso de volver al Sevilla. Como siempre ha sido un valiente, está convencido de lo que puede dar».

Otro sevillista que tan atento estuvo a las primeras revoluciones de Ramos es Ramón Quintana, preparador físico que lleva más de 20 años en la cantera sevillista, y que vio cómo quemó sus etapas el sevillano. «Lo tuve en el Liga Nacional juvenil del año 2002-2003 con Fermín Galeote de entrenador. Él era juvenil de primer año. Entrenaba toda la semana con el Sevilla Atlético de Manolo Jiménez y venía con nosotros jueves y viernes y competía con nosotros. Derribó la puerta cada semana. En la jornada 21 ya se lo llevó definitivamente Luis de la Fuente al División de Honor. Su proyección ya era imparable. Esa misma temporada antes ya había debutado en Jaén con el Sevilla Atlético», comenta, y es Bezares quien remata la anécdota: «Ramos debuta en el campo del Jaén y vamos perdiendo en el descanso 2-0, y Manolo Jiménez opta por cambiarlo, y en ese vestuario él se queda cabizbajo, porque es un chaval y venía empezando. Estaba jodido porque la mentalidad que tenía era ganadora, y yo le dije que esto era cosa del fútbol. Que había que seguir remando y tenía muchas posibilidades de seguir. Y me contestó: «Bezares, quédate tranquilo, porque yo tengo un sueño que es jugar en Primera con el Sevilla y nadie ni nada me lo va a quitar», rememora.