Sevilla - Betis: Entre mariachis y tequilas

El inusual duelo de la eterna rivalidad llega para el Sevilla FC salpicado de contrastes e incógnitas deportivas, sólo dos meses después de alzar a los cielos de Budapest su séptimo título de la Europa League y a escasas dos semanas de citarse con el Manchester City en Atenas por el pomposo cetro continental de la Supercopa. Con tal repertorio de éxitos y glamour, la vida debería marchar sobre ruedas en Nervión, pero lo cierto es que el verano está teniendo tintes convulsos en el Sevilla FC. La abrupta salida de un gran símbolo como Monchi, una planificación que ha marchado al ralentí, con atasco en las salidas y los fichajes, y hasta una junta extraordinaria que sólo ha servido para ensanchar el cisma entre las grandes familias sevillistas, envuelven la escena de un equipo al que Mendilibar sabe aislar perfectamente del ruido para centrarlo en su única esencia: el fútbol.

Teniendo en cuenta el innegociable reparto de cargas de Mendilibar y todo lo que explicó el técnico vasco tras el último amistoso del Sevilla FC ante el Crystal Palace (1-1), con alguna duda al tratarse de un duelo siempre especial, la alineación de los blanquirrojos ante el Betis podría ser la formada por Bono; Montiel, Badé, Nianzou, Pedrosa; Delaney, Fernando, Óliver Torres; Tecatito Corona, Papu Gómez y Rafa Mir. Podría haber matices en la portería, comenzando Dmitrovic de titular. O en los laterales, con la inclusión por ejemplo del canterano Juanlu, que está ofreciendo una buena cara en pretemporada y convenciendo al míster. Un Mendilibar que también debe elegir entre En-Nesyri o Rafa Mir su punta de lanza ante el Betis. Los dos fueron suplentes ante el Crystal Palace y están en medio de negociaciones para salir.

Se topará el Sevilla con un Betis que saldrá con un once bastante definido. Pellegrini barrunta pocos cambios respecto al equipo que empató con el Burnley en Huelva (1-1), con presumible rotación en la portería y la salida de la alineación de los atacantes Juanmi y Willian José. Guardado, referente en el país y mexicano como Tecatito, debe ser de la partida. Así las cosas, la formación verdiblanca estaría compuesta por Bravo; Sabaly, Pezzella, Luiz Felipe, Abner; Guido, Guardado, William Carvalho; Juan Cruz, Ayoze y Borja Iglesias.

El Betis, al contrario que su máximo rival, vive inmerso en la profunda renovación de su plantel, en un frenético verano de entradas y salidas, impulsado por la ingente actividad de su nuevo director deportivo, Ramón Planes, que saca tiempo incluso para cerrar operaciones llamativas como la de Collado, fichado y fulgurantemente cedido al fútbol saudí sin llegar a pisar la ciudad deportiva verdiblanca «para potenciar activos de futuro»… ya sean deportivos o monetarios. Y es que la caja de los verdiblancos también anda tiritando, con asamblea extraordinaria ya fijada para, en su caso, acometer una ampliación de capital de casi 43 millones de euros. Brutal, por tanto, es el mérito de los verdiblancos de mantenerse siempre en la élite con la batuta del Ingeniero Pellegrini, de haber tocado plata no chace mucho, de jugar por tercera vez consecutiva la Europa League y hasta por lucir esa pericia en los despachos fichando a coste cero a futbolistas de la talla de los Ayoze, Marc Roca, Bartra, Bellerín, Riad e… Isco.

El malagueño fue el fichaje estrella del Sevilla FC el año pasado y este derbi lo vivirá con la misma etiqueta pero en el eterno rival, el Real Betis. El morbo está servido en Guadalajara. Ahora está por ver si Pellegrini le regalará algunos minutos, teniendo en cuenta que ha sido el último refuerzo en aterrizar en Heliópolis y no acumula los mismos entrenamientos del resto. Isco dice que se fue del Sevilla porque Monchi lo agarró del cuello. Ahora lleva en el pecho el escudo de las trece barras. Esto es el derbi, en México, en Sevilla o en la Conchinchina.