El caso excepcional del Marqués de Contadero, presidente del Betis y del Sevilla

No vio en ese estadio jugar al Betis siendo presidente Jerónimo Domínguez al Betis, ya que cuando accedió a la presidencia el feudo verdiblanco era el campo del Patronato Obrero, en la calle Diego de la Barrera. Fue elegido siendo muy joven, antes de cumplir los 23 años, en la asamblea celebrada en mayo de 1920 ya que hay constancia de la misma en la edición de El Correo de Andalucía del 14 de mayo de ese año. En el club bético no se conservan registros de la época debido a la inundación por el desbordamiento del Tamarguillo en 1948 y se sabe muy poco de su periplo aunque lo que según los testimonios parece que accedió al cargo de presidente verdiblanco, aunque tenía filiación sevillista, por su vinculación con otros miembros de la directiva como Carlos Alarcón de la Lastra, familia muy relacionada con el club en esos momentos, y también para ayudar económicamente a la entidad, que pasaba por un momento difícil en los primeros años de su vida.

En esa época los presidentes se elegían anualmente en asamblea y según Alfonso del Castillo, experto en la historia del club verdiblanco, es muy posible que no llegase a cumplir el año completo de mandato, que era lo que duraban en aquella época. Él nunca había pertenecido a la directiva del club ni volvió a pertenecer como sí lo sucedió con otros miembros de su equipo. Hasta ocho de los quince directivos volvieron a salir de la asamblea del año siguiente. Al parecer, su hermanastro Juan Domínguez Osborne, Barón de Gracia Real, que también fue miembro de esa directiva y unos años más tarde, en concreto entre 1928 y 1932, presidente del Sevilla, fue quien tiró de su hermano para que dejase el club verdiblanco, según Gil Gómez Bajuelo, presidente que sustituye en el cargo al Marqués de Contadero.

En esa época el fútbol aún no estaba organizado como ahora. Aún no existía la Liga que nacería después de muchas reuniones e intentos en 1928. Así pues en esa época lo que se jugaba eran campeonatos regionales y el Campeonato de España, conocido a día de hoy como la Copa del Rey. En esa temporada el Betis aún combinaba los colores verdiblancos con el azul y blanco del Sevilla Balompié, equipo germen del club heliopolitano.

Unos años más tarde, 21 en concreto, la Delegación Nacional de Deporte del general Moscardó decidió que el Marqués de Contadero fuese el nuevo presidente del Sevilla F. C., en sustitución de Antonio Sánchez Ramos, nombrado después de que Ramón Sánchez-Pizjuán se encargara de la vicepresidencia de la Federación Española de Fútbol. Fue el 7 de septiembre de 1942 cuando el Marqués de Contadero tomó el cargo y su mandato duró hasta 1948. Fue uno de los artífices de la primera gran época del club en la que el equipo ganó su único título de Liga tras empatar en el campo barcelonés de Las Cortes el 31 de marzo de 1946. Para ello reforzó el equipo con la contratación primero del técnico Patrick O’Connell, con el que curiosamente el Betis había conseguido su único título de Liga, y posteriormente consiguiendo la vuelta de Ramón Encinas, en su tercera etapa en el banquillo sevillista. En cuanto a la plantilla, en esos años llegaron jugadores de la talla de Arza, Busto, Herrera y Campos. Las crónicas de la época narran cómo los jugadores fueron recibidos en la ciudad después de conseguir el título liguero y que para el paseo por el centro de Sevilla hasta el Ayuntamiento el propio presidente llevaba uno de los coches de caballos que trasladaron a los futbolistas hasta la Casa Consistorial, donde el Marqués de Contadero señaló que «los jugadores el entrenador y el club pusieron su esfuerzo al servicio de la ciudad, cuyo nombre ostentamos con orgullo», como recoge el discurso de agradecimiento que publicó ABC de Sevilla en su edición del jueves 4 de abril de 1946.

En el año 1948, cuando el presidente podía volver a elegirse asambleariamente, el Marqués de Contadero, según cuenta el historiador del Sevilla F. C. Carlos Romero, no se presentó a la elección. Dio un paso al lado y el elegido por los socios sevillistas fue Ramón Sánchez-Pizjuán.

Desde 1952 fue alcalde de Sevilla y su relación con ambos clubes siguió siendo buena, no consta lo contrario. Existen imágenes de recepciones a los equipos en los que se le ve en sintonía con los directivos de ambos clubes. Además hizo posible la venta de unos terrenos para el fútbol modesto a la Federación Andaluza, los conocidos como campos del Marqués de Contadero.