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Barcelona - Sevilla: Carta de presentación (1-1)

El Sevilla sale del Camp Nou con la sensación de haber sido superior al Barcelona durante muchas fases y con un punto que sabe poco por sus méritos

Koundé protege el balón ante la presión de Ansu Fati en presencia de Navas AFP
Mateo González

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Salir del Camp Nou con la sensación de que los locales se han ido vivos no es muy frecuente. Menos en un equipo que lleva desde 2002 sin llevarse el botín mayor de este rodeo. Once derrotas consecutivas. Lo de anoche ya quiere ... decir algo. El Sevilla está ahí. Mirando cara a cara al Barcelon a. De tal manera que quien abandonó el campo aliviado era azulgrana. Más allá de esas protestas que no validó el VAR, respiraron Koeman, Messi y compañía tras ver cómo el Sevilla se les subió a las barbas. Candidatura presentada. ¿A qué? A lo que haga falta. A todo. El equipo de Lopetegui desplegó su amplio repertorio de argumentos . Una presión alta asfixiante incluso para los azulgranas, especialistas en encontrar rendijas donde no las hay. Una solidaridad en el repliegue ejemplar. Un orden castrense en el bloque bajo. Generación de peligro. Combinación ágil arriba. Colmillo. Banquillo. Lectura. Coberturas. Una máquina que responde al nombre de Sevilla Fútbol Club. Que incluso se puso por delante gracias a un zapatazo de De Jong que sólo percibió Neto como un huracán que pasó por encima suya pero que recibió la cercanísima respuesta de Coutinho en el único error atrás. Ahí quedaron los fallos. Todo lo demás fueron aciertos en un despliegue físico inconmensurable, nacido de la creencia absoluta en el guion marcado. El Sevilla fue a por el partido y se llevó un punto. Una lástima en cualquier campo y un orgullo en el feudo de Messi. Tengan en cuenta a este aspirante.

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