¡Oh, Juan Miguel, todos queremos verte otra vez!

Se ha notado y mucho la ausencia del socio de Borja Iglesias desde que se lesionara en los albores de la Liga. Como asistente y como finalizador. Más aún porque quien podía paliar la nostalgia, William José, se ha convertido en la antítesis estival del tópico: sus actuaciones se han contabilizado por decepciones y la apuesta de Manuel Pellegriní por él en catarata en el buen ojo del técnico chileno, por lo general con agudeza de sobra para percibir quién puede aportar en el futuro o convertirse en rémora. Todo lo que seduce de él se conjuga en pasado.

El alta de Juammi, el regreso del «novato» más veterano, Joaquín, y la puesta a punto de Luiz Felipe, amén de un Camarasa en el último tramo de su viacrucis, añade interés a la cita de esta tarde en el Benito Villamarín contra la versión más B de un Manchester United con más de media plantilla titular en Catar y muchos biberones en el equipaje. No es el de hoy un choque exigente, sino más bien festivo, porque supone el reencuentro de los más jartibles en verdiblanco con su equipo.

Aún le restara un par de bolos a los béticos antes de entrar en competición. Necesarios, a la vista de sus exenciones en la primeras rondas de la Copa del Rey y en el play off de la Liga Europea, que exigen dotar de ritmo competitivo al plantel. Athletic, Rayo y Barcelona son unos regalos de Papá Noel y Reyes Magos envenenados.