Betis
A mí me faltó Rodri, Lucho
Tras ver a los Gavi, Yeremi o Bryan Gil, sigo sin comprender que no convocara al más listo, creativo y genial de todos
Rodri, en el partido del Betis en Granada
Rodrigo Sánchez Rodríguez, Rodri de nombre y de apellido en el mundo futbolístico, ya luce en el pecho el escudo de la selección española once meses justos después de haber debutado con el Real Betis , tal como recordaba ayer Juan Arbide ... en alfinaldelapalmera , nuestra casa y la suya. Lo hizo con la sub 21 después de convertirse en un personaje en el Betis de autor que es el de Manuel Pellegrini , su mentor, que vio en el extremeño al que no tenía aún un duro pero ya lo cambiaba. «Diferente», creo recordar que dijo de él, lo que es mucho teniendo en cuenta los profesionales que han pasado por los vestuarios del chileno en los tres continentes en los que ha entrenado. Pocos le abren ya la boca de asombro al técnico verdiblanco.
Me faltó el nombre de Rodri en la convocatoria de Luis Enrique para ese Colombino sin baño en Punta Umbría que es la Liga de Naciones, después de ver como el que más sabe de esto reclutaba a los niños más guapos de la guardería del fútbol nacional. Tras contemplar en acción a los Gavi, Yeremi o Bryan Gil frente a Italia sigo sin comprender como alguien que domina todos los secretos del balompié no se decidió por convocar al más listo, creativo y genial de todos y sí darle la titularidad a un Gavi que estuvo excelente para sus 17 años, pero normalito si de lo que se trata es de lo que en verdad aportó al juego, y minutos a Yeremi y Bryan. Si con Luis Enrique bastan dos ratos de fútbol vistoso para pasar a debutar en la selección, Rodri ya debería ser un veterano en ella.
Otra cosa es que con un seleccionador serio, todos ellos (y yo que no sé nada de fútbol añadiría a Pedri) deberían estar fogueándose con Luis de la Fuente en los sub 21 y no sirviéndole de atributos cada vez que, exhibicionista balompédico, se abre la gabardina en sus ruedas de prensa chiringuiteras. Primero se hace un equipo y luego se integra en él a los que lo merezcan y aporten sea cual sea su edad. Sólo así tendremos una selección sólida, previsible en su rendimiento y digna heredera de la que en su día asombró al fútbol mundial. Por ahora no pasa de ser el divertimento de un asturiano enrocado en el «y yo, más».
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