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Lo intenté todo

El culebrón Ceballos vuelve a centrar la actualidad de un Betis que lo quiere sin decirlo muy alto

Alberto Fernández

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Que Dani Ceballos sería un auténtico fichajazo para el Betis es una obviedad que nadie puede discutir a estas alturas. Encajaría perfectamente en lo que necesita Manuel Pellegrini para su centro del campo (ahí jugó el tramo final de la pasada temporada Fornals ... ); el utrerano gozaría de esa continuidad necesaria para explotar todo su talento que las decisiones en su carrera le han privado; y firmaría una paz con la afición bética que ni le quiere ni le odia, sino todo lo contrario. Es decir, no sabe bien cómo sentirse con uno de sus niños, que besa el escudo como el que más, pero que cuando tuvo la oportunidad de hacer las maletas y regresar por la puerta grande, terminó apostando por el sueldazo que le ofrecía el Real Madrid por renovar. Decisiones. Como la que debe tomar el Betis otro verano más en torno a su figura. Aquel desplante de Dani en 2023 ha dejado una herida. Y más cuando cada verano aprieta las tuercas del club para que mueva ficha y millones por arrancarle de las manos de Florentino Pérez, quien no descuelga el teléfono si de verdad no encuentra algún interés en la llamada. El mayor gesto de Ceballos es el de agachar las orejas y adaptarse a la masa salarial bética, estando por detrás de la gran estrella: Isco. Ahora es el club quien debe decidir cuánto vale ese salto cualitativo en el equipo. Más que una apuesta segura, es una apuesta al número ganador. Y para ello hace falta que además de Dani otros reconsideren su postura.

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