Celta - Betis
Una cuestión de inteligencia (0-0)
Un Betis muy condicionado por el esfuerzo europeo y las bajas sumó en Balaídos y mantiene la distancia con sus rivales por la Liga Europa
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Iniciar sesiónUna jornada sumando, una jornada menos, quinto puesto, misma diferencia de dos puntos con la Real Sociedad, crece a cinco la distancia con el Villarreal. Se le va al Betis la zona Champions pero piensa en atar la Liga Europa como meta objetiva y realizable, ... ajustada a su potencial y al trabajo que han dado los frentes abiertos este curso. Y todo esto se valora en frío después de un empate en Vigo que mostró una versión compacta atrás y con menos agilidad arriba del equipo de Pellegrini. Condicionado por las ocho bajas (entre ellas Fekir, que son palabras mayores) y por volver de Alemania con 120 minutos en las piernas y una decepción de última hora. Una factura que se apreció en el tramo final, cuando ya empezó a valorar el Betis el sabor del punto, a manejar el partido para que no se escapara de sus manos viendo que no estaba para ganarlo y recalculando los riesgos para evitar sorpresas.
Fue un Betis de menos colores. Intenso pero sin frescura para decidir en los metros finales, sin esa alegría que ayuda a decidir a su favor. Obvio que Fekir es el desatascador ideal, el que aporta la creatividad en el lienzo. En su ausencia, Pellegrini invitó a William Carvalho a esa tarea pero no es el portugués cirujano de esa especialidad, que le gusta emplear el bisturí con más espacios y distancia para lanzar a los compañeros. Sólo tuvo el Betis profundidad cuando Miranda y Bellerín interpretaron los espacios y sus compañeros les buscaron pero faltó velocidad y abusó del pase en largo tanto la defensa como el mediocampo, si bien Canales estuvo perspicaz explotando su conexión con Juanmi, que ve el pistoletazo de salida a su carrera cuando el cántabro controla la pelota en la medular. Y es que Canales, si ya venía tocado en el pie, nada más empezar restó porcentaje a su despliegue con un pinchazo atrás. A partir de ahí se dedicó a lanzar a compañeros pero no fue el Canales omnipresente. Su momento es el del Betis, sobre todo cuando Fekir no está. Y necesitaba tanto el parón el de Santander como este equipo que se ha pegado compitiendo jueves-domingo demasiadas semanas en las que ha visto caer a compañeros y ha vivido euforias y contratiempos pero el balance está ahí, con la ilusión a la vuelta de la esquina en abril y mayo, los meses que quedan de competición.
Como en las películas, nada más empezar el partido se presentaron los protagonistas. Juanmi avisaba de que no estaba fino y Miranda pronosticaba problemas que Bartra estaba dispuesto a solucionar. Pellegrini apostó por la superioridad desde el centro para tirar arriba a sus alas pero estábamos ante un partido sucio: malos controles, pases imprecisos, presión discontinua... Pero de ambos. Bartra reclama un penalti porque Aidoo se convirtió en su mochila en un córner pero De Burgos Bengoetxea dice que todo era normal.
Juanmi tiene la mejor ocasión con un disparo ajustado desde la frontal tras recortar a Araújo. El malagueño no falta a su cita con el peligro, aunque hace no tanto era con el gol. Las rachas de los delanteros. William Carvalho da dos pasos atrás para tocar la pelota y se la entrega a Aspas en un susto tremendo. Es el Celta el que mejor acelera arriba y al Betis le cuesta escalar hasta la meta de Dituro. La campana del descanso le sienta bien a los de Pellegrini, que insiste en que los laterales tengan vuelo. Y allá que van Miranda y Bellerín para darle esa amplitud y profundidad que requiere el ataque. Juanmi casi marca tras asistencia del zurdo. La línea del fuera de juego bética actúa a la perfección y sólo Aspas revolotea para molestar, con Bartra de atento deshabilitador. Canales dispara seco, Juanmi recorta a Aidoo y pide penalti de nuevo. Nada. A Coudet no le gusta lo que ve y saca a Tapia para reforzar el centro. Ahí cambia el partido de nuevo. Tiro cruzado de Hugo Mallo y disparo de Aspas que no son goles por muy poco, quizás por la mirada de seguridad de Bravo. Fue el chileno, de hecho, quien mostró la lectura inteligente que a partir de ahí requería el partido. Que el tiempo corra y que el punto se quede en la bolsa. Empate firmado para evitar riesgos y con la sensación de que ya queda menos para la meta y ahí sigue el Betis, donde otros quieren estar.
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