Betis
Una vuelta de tuerca al modelo
El problema con las inscripciones ante la falta de plusvalías en el mercado lleva al club verdiblanco a plantearse opciones como una reestructuración de plantilla a futuro y una posible ampliación de capital
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Iniciar sesiónEl error del Betis con las inscripciones de seis de los futbolistas en LaLiga, consecuencia de tener sobrepasado el límite de gasto en plantilla deportiva y no haberlo podido solucionar a través de las plusvalías por ventas de jugadores en el mercado, está provocando una ... reflexión profunda en la entidad verdiblanca sobre el modelo de crecimiento seguido en las últimas temporadas. La idea de avanzar más rápido de lo previsto asumiendo enormes riesgos como la debilitación del patrimonio neto de la entidad ha derivado en un panorama complejo que precisa de otras soluciones más profundas que el club ha de tratar tanto en su consejo de administración como en la próxima junta de accionistas y que han de tener encaje en el plan estratégico en el que se viene trabajando para el horizonte 2026.
Tratará de salvar el Betis esta bola de partido con la aportación directa de sus principales accionistas, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en una cantidad que ronda los 6,5 millones de euros para poder inscribir a casi todos. Y se buscarán soluciones extra para darle normalidad a una situación atípica y que ha restado competitividad al equipo de Pellegrini en el primer partido (aunque no lo notó con el 3-0) y también para el de este sábado en Mallorca. El mercado aún no ha dicho su última palabra pero ha sido especialmente la deriva de este zoco de fichajes lo que obliga a que los dirigentes verdiblancos tengan que reformular su planteamiento de gestión.
Y es que la dependencia de las plusvalías en las ventas de futbolistas ha abocado a una situación casi sin salida, con ofertas muy inferiores por sus jugadores (doce millones por Guido Rodríguez como máxima propuesta y otras inferiores por Álex Moreno y William Carvalho). Con la idea de no malvender, dado que perdería potencial el grupo y las salidas no solucionarían el problema en sí por la estructura de los contratos, el Betis ha intentado soportar en estos años tanto el desfase en el límite como las pérdidas que se han acumulado en los ejercicios posteriores al Covid. Y la idea de ampliar la presencia de cantera en el primer equipo como respuesta a la política de apuesta con la nueva ciudad deportiva y para obtener más plusvalías futuras como ya sucedió en años anteriores.
Pero todo ello obliga a una reestructuración en el modelo para evitar la sobredependencia en el mercado. Y en esa línea se evalúa el crecimiento tan anticipado de la entidad, que ha tenido éxito en el plano deportivo pero a costa de una presión en la masa salarial imposible de soportar sin salidas con ingresos millonarios. No se ha dado el panorama del verano de 2019, cuando los traspasos reportaron hasta cien millones de euros en un mercado inflado. Ahora sufre el fútbol español una deflación que ha dejado desfasados muchos de los contratos y aunque se han diluido las amortizaciones tras un par de campañas apenas sin contrataciones de peso, el club arrastra el recorte en el límite campaña tras campaña hasta no poder encajarla y tener que buscar soluciones económicas exógenas como la aportación directa de sus accionistas.
Esto ha de derivar, como una de las posibilidades ciertas, en el planteamiento de una posible ampliación de capital, aunque serán los béticos a través de una junta de accionistas los que darán su parecer frente a este escenario. Un mecanismo ya utilizado de manera frecuente por otros clubes con un capital mucho menos atomizado pero cuestión delicada en el planteamiento del Betis para los béticos con el que este consejo impulsó el reparto en 2017 de las participaciones recuperadas tras el acuerdo con Lopera y Oliver. Es una cuestión que ha de ser tratada con tacto por el club pero de la que puede depender el mantenimiento de la actual línea deportiva de la entidad ya que supondría bien la compensación por la aportación de los máximos accionistas en este momento o el aumento en el margen de maniobra económico de la entidad, aunque el poder accionarial se concentraría más aún.
El acuerdo con CVC, que también impulsó el propio Betis ante LaLiga, ya salvó la delicada situación el pasado año y el club ha explorado al mismo tiempo en este verano la aplicación de las conocidas como palancas con la posible venta de un porcentaje de los derechos en abonos y ticketing de las próximas campañas. Una especie de anticipo sobre ingresos recurrentes que no ha podido ejecutarse como ha hecho el Barcelona pero que también es una fórmula de futuro aunque no es la más apreciada por los gestores ya que resta capacidad de maniobra en el porvenir.
Todo se reflexiona y evalúa, así como la responsabilidad por los errores cometidos hasta esta fecha hasta alcanzar esta situación inesperada y ante la que la entidad ha ido tratando de buscar soluciones con más o menos fortuna pero el colchón se adelgaza y se precisa una vuelta de tuerca al modelo para garantizar la competitividad de un equipo que aspira a Europa y que no puede aspirar a esas cotas si permite que su límite se equipare al de los equipos de la zona media-baja de la tabla clasificatoria.
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