Celta - Betis: Desidia y nula fiabilidad en Balaídos (3-2)

El duelo comenzó loco. En las dos áreas. Con muchas llegadas. Ambos equipos se jugaban mucho y eso se notaba. Había muy poco centro del campo y los ataques se sucedían. Llegada del Betis con un tiro blando de Marc Roca incorporado al ataque que atrapó Guaita, oportunidad que el Celta respondía. En esa ocasión, Adrián metió el pie abajo para repeler el disparo raso cruzado de Pablo Durán. Pero los goles no tardaron en llegar. En el primero, Antony hizo magia. El brasileño ya dejó pasar el pase de Isco para la llegada de Ortiz por la derecha. El centro del extremeño lo despejó la defensa celeste, pero el balón le llegó al futbolista cedido por el United dentro del área. Se lo quedó y ante Fran Beltrán hizo un truco con las piernas sin tocarlo, el balón por aquí, el balón por allá, para, con su pie zurdo, clavar un lanzamiento colocado al palo largo, el derecho de la portería local, ante el que el meta no pudo hacer nada.

Vio una amarilla temprana Perraud. El francés sigue mezclando en un mismo partido buenas actuaciones y también errores. Lógico que fuera el primer cambio de Pellegrini para minimizar el riesgo de una posible segunda cartulina. En el descanso, el chileno dio entrada a Ricardo Rodríguez.

Tras el gol, el Celta se asustó, se puso nervioso, y empezó a cometer errores. El Betis, muy activo en la presión alta, no dejaba salir con facilidad a los tres centrales que dispuso de inicio Giráldez, y los verdiblancos continuaron merodeando con mucho peligro el área defendida por Guaita. Así llegó el segundo tanto para los béticos. En un córner botado por Isco, Bakambu tocó el balón con su espalda en el primer palo, la pelota se envenenó y fue hacia el segundo palo con el portero local batido y allí apareció Diego Llorente para embocar la pelota en el fondo de la portería.

Era el minuto 23 y el equipo de Pellegrini, completando un inicio de partido bastante coral, ya llevaba una ventaja de dos goles en el marcador, que, fuera de casa, debía ser suficiente para traerse los tres puntos en el equipaje de vuelta. Pero muy pocos béticos, conociendo a su equipo, veían el partido con tranquilidad.

Tuvo dos buenas oportunidades el equipo bético de ampliar aún más el marcador. Dos balones al larguero en un minuto. Primero de Bakambu de cabeza tras un córner sacado de nuevo por Isco. Y después, de Jesús Rodríguez tras una acción personal con el balón controlado. Pero ahí desapareció del partido el Betis. Porque el Celta acabó muy bien la primera mitad, con llegadas y ocasiones peligrosas. Sobre todo, cuando antes del descanso Adrián salvó el 1-2 en la línea de gol tras un cabezazo de Pablo Durán a la salida de un saque de esquina. Engañoso el 0-2 al descanso, principalmente por lo que iba a ocurrir en la segunda parte.

Pese a que los verdiblancos, de amarillo en Vigo, siguieron presionando fuerte la salida del balón del equipo vigués en los primeros minutos de la reanudación, el Celta iba a igualar el duelo con dos goles en tres minutos. Antes, movimiento de piezas de Pellegrini que bien pudo marcar el devenir del choque, sacando del campo a Bakambu y Marc Roca para dar entrada a Vitor Roque y Altimira. El primero, nada que decir, golazo de Fran Beltran desde más lejos incluso de la frontal del área. Pero en el segundo, el cúmulo de errores de varios jugadores béticos a la hora de despejar el balón, un hueco tremendo que entre Ortiz y Antony dejaron en el segundo poste en un balón colgado y un nuevo error de Adrián, que cuando la pelota llegó a sus dominios no la atrapó y la dejó muerta con el meta cerreño sobrepasado para que Javi Rodríguez remachara sobre la línea de gol a placer.

No acabó ahí la cosa. La pachorra defensiva del Betis continuó y en el tramo final de la segunda mitad Williot, que suplió al cedido Iker Losada a la hora de juego, ésta vez con la ayuda de Ortiz que apareció tarde para tapar el disparo del sueco, le dio la vuelta al resultado.

Mala imagen de nuevo. Ni siquiera los cambios de Pellegrini le dieron otro aire al equipo. Más bien al contrario. Parece haber jugadores que van a lo suyo, poco comprometidos, según lo visto sobre el césped de Balaídos. Sí apareció un poco más y mejor que en partidos anteriores Abde, pero sus arrancadas, desbordes desde la banda y sus centros o pases al área no sirvieron para nada.

Son 29 puntos en 23 jornadas, poco bagaje para un equipo que debe estar luchando por Europa y más con los nombres de jugadores que tiene el Betis en su plantilla. Pero los nombres deben transformarse en rendimiento, en concentración y fuerza defensiva. La que no hubo sobre el césped de Balaídos.