Baloncesto
El Betis Baloncesto tampoco arranca en Logroño (62-56)
Inoperante en ataque, el conjunto verdiblanco encaja en la pista del Rioverde Clavijo la segunda derrota de la temporada evidenciando la esperada falta de conjunción y un déficit de calidad agravado por las lesiones
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Iniciar sesiónEn Logroño, el Betis Baloncesto perdió el partido que nadie quería ganar. En un encuentro para olvidar, con múltiples errores por parte de los dos equipos, cinco jugadores eliminados y nada menos que 54 faltas señaladas, el conjunto verdiblanco sumó su segunda derrota en ... dos jornadas en la LEB Oro, perdió por lesión a Caio Pacheco y evidenció, al margen de la esperada falta de conjunción como bloque, que tiene a muchos jugadores lejos de su mejor nivel. Como ante el Leyma Coruña, el Betis se estrelló en el tiro exterior (4/22, 18 por ciento), pero en esta ocasión también en el resto de las distancias. En el lanzamiento de campo promedió un 33 por ciento y en el tiro libre, que fue un potro de tortura, erró uno de cada dos intentos (18/36). De manera que, pese a su mal partido, se habría llevado la victoria de la capital riojana de haber estado algo más certero desde el 4,60. La diferencia entre asistencias (cuatro) y pérdidas (18) explica también el bajo rendimiento de un Betis Baloncesto en rodaje y por hacer cuyos supuestos referentes ofensivos, a excepción del cubano-puertorriqueño Romero, no aparecen.
Del primer tiempo del conjunto verdiblanco, muy gris, costaba extraer alguna lectura positiva más allá de la aportación individual de Ismael Romero, que acreditaba diez puntos y siete rebotes al intermedio siendo lo más destacado de un equipo enredado en su laberinto, demasiado intermitente. Jugaba sin continuidad, a empellones. No tenía hilo en el partido. Ni en defensa ni mucho menos en ataque. El caribeño, muy activo bajo los aros, tiró de amor propio y calidad para anudar al equipo de Javi Carrasco al choque, ya en el segundo cuarto, con siete puntos seguidos en una serie culminada con un triple que cerraba un parcial de 0-9 (del 26-15 al 26-24) que obligaba al tiempo muerto del Clavijo.
Parecía que el Betis estaba enderezando el rumbo, perdido como estaba hasta entonces en la pista riojana (18-11 al final del primer cuarto), pero nada más lejos de la realidad. Volvieron los despistes defensivos, los ataques mal enhebrados y los errores infantiles. Una mezcla nada enriquecedora a la que se le unió la lesión de Caio Pacheco, que en una entrada a canasta a base de explosividad fue objeto de falta no señalada y cayó de mala manera, lastimándose el tobillo derecho. Se retorcía de dolor el brasileño, ya fuera de circulación para el resto del partido y a saber por cuánto tiempo más. Carrasco perdía al único jugador que le da verticalidad a los ataques. Una ausencia notoria, de peso. El Betis, a partir de ahí, se distorsionó de nuevo y encajó un 9-2 hasta el descanso que situó el 35-26. Sin hacer nada del otro mundo, el Clavijo dominaba con facilidad a un equipo, el verdiblanco, que había perdido ya once balones y presentaba un pobre 31 por ciento (9/29) en tiros de campo frente al 58 del conjunto dirigido este domingo por José Luis Pichel tras la sanción que arrastra desde la temporada anterior su primer entrenador, Jenaro Díaz.
Ante las ausencias de Joaquín Rodríguez, Almazán (no viajó a Logroño) y Pacheco, y visto el bajo rendimiento de piezas en teoría capitales como Rogic y Rakocevic, el Betis se fue a los vestuarios jugando con Rafa Romero, Pablo Marín e Iliam Fevry, jóvenes formados en los escalafones inferiores verdiblancos. Un síntoma inequívoco de los problemas del Betis, que debía recomponerse. Adecentar la imagen de la primera parte no era precisamente difícil. Carrasco había movido mucho el banquillo en los dos primeros cuartos buscando la fórmula para que su Betis fuera sólido y competitivo en los dos lados de la pista. Sin fortuna. Y en parte porque hay jugadores, como Rogic y Rakocevic, a bajas revoluciones. Del afamado tiro exterior de este último no hay noticias por ahora. Erró sus cinco triples.
El Betis, atascadísimo, continuó enrocado en los mismos problemas. Anotar una canasta parecía más difícil que resolver en diez segundos el cubo de Rubbik. En esa dinámica, el Clavijo amplió a diez (38-28) y Norris dispuso hasta de un triple para elevar a trece la ventaja. Krutwig coleccionaba errores bajo la canasta, como Rakocevic desde la larga distancia, hasta que los locales se pusieron ya doce arriba (40-28) de tantas facilidades que le dio su rival. En cinco minutos del tercer cuarto, el conjunto verdiblanco sumaba sólo dos puntos y había perdido tres posesiones, para un total de 14. Una verdadera sangría. Carrasco pidió tiempo para hacer reaccionar a sus hombres y pronto tuvo que activar de nuevo a Rogic ante la cuarta personal de Pablo Marín. Kuksiks y Romero, los dos interiores fichados por Xoy, intentaron echarse el equipo a la espalda, pero eran muchas las fisuras que debía arreglar el Betis para que como bloque comenzase a carburar. No era imposible porque el nivel de Clavijo, pese a todo, era muy discreto.
Mejoría defensiva
Nadie podía negar a esas alturas de que se trataba de un partido de LEB Oro. Kuksiks, atinado desde el tiro libre, recortaba a seis (44-38), aunque desde el triple no calibrara. Ni el letón ni todo el Betis, que sólo había acertado el 18 por ciento de sus intentos (3/16). A base de apretar en defensa, ahogar a su rival y visitar el 4,60 casi en cada ataque, el conjunto albiverde apareció de nuevo en el retrovisor del Clavijo, que había perdido el ritmo. Rogic recortaba a cuatro (44-40) y en la jugada siguiente le dieron a Coffi un dos más uno un tanto discutible (47-40). A falta del último cuarto, el Betis estaba en el partido. Había remado mucho y crecido en defensa hasta bajar al 43 el porcentaje de tiro de los logroñeses.
Carrasco envidó entonces con Rogic, Fevry, Djedovic, Domènech y Krutwig. A esas alturas, los árbitros habían bajado mucho el listón de los contactos. Raro era el ataque no se saldaba con falta y personal. Domènech subió dos más tras un rebote suyo en ataque (47-44), Coffi respondía con la misma moneda (49-44) y Domènech era castigado con antideportiva al parar un contragolpe y tras perder el balón previamente. El Betis seguía haciendo la goma en una escalada en el marcador que nunca se culminaba. El partido era feo, de baja calidad. Las faltas caían a un mayor ritmo que los puntos. El Clavijo se puso en bonus con más seis minutos. Pablo Marín conectó con Romero (51-46) y luego el cubano falló cinco de los seis tiros libres consecutivos que lanzó. La lista de regalos verdiblancos crecía y crecía. Porque el Betis estaba cegado desde todas las distancias. Y sin la vitamina del tiro exterior es complicado sobrevivir en el baloncesto moderno. Casi imposible. A cinco minutos del cierre, seguía en pie gracias a un dos más uno de Rakocevic (54-50).
Con varios jugadores amenazados de expulsión por acumulación de faltas, Carrasco hacía malabares con la rotación. El Betis Baloncesto era un funambulista en el alambre. Rogic, al fin, asestaba de tres (56-53); Romero seguía acumulando fallos desde el 4,60 (2/12) y ya, con cuatro personales, tampoco podía defender con agresividad en el poste bajo. El cubano se convirtió en imán para las faltas. Los rivales lo eligieron como diana predilecta visto su nulo acierto desde la línea. Con 59-53, sin embargo, hizo pleno (59-55) para mantener a flote a su equipo. Coffi falló tres tiros libres, Djedovic un triple, Treviño otro y Pablo Marín una entrada a canasta con más de un minuto de juego. El Betis, con Rogic eliminado y sin apenas referentes, se puso en manos de Romero. El pívot caribeño colocó el 59-56 y una gran defensa del Betis le dejó 19 segundos para intentar igualar el partido. El Clavijo envió a Pablo Marín al potro de tortura del 4,60 y marró los dos. Knudsen metió uno, Marín subió el balón a la desesperada, lo perdió si que nadie le ofreciera una línea de pase y Coffi machacó el aro verdiblanco para endilgar la segunda derrota al casillero bético sellando, así, un estreno para olvidar en el regreso a la LEB Oro.
Ficha técnica
Rioverde Clavijo (18+17+12+15): Miguel de Pablo (9), Kevin Torres (-), Coffi (12), Treviño (-), Nicolau (14) -quinteto inicial-; Moreno (9), Barbosa (-), Cabrera (2), Tamba (1), Norris (6), Knudsen (9).
Real Betis Baloncesto (11+15+16+14): Rogic (10), Pacheco (-), Fevry (-), Kuksiks (7), Romero (20) -quinteto inicial-; Rafa Romero (-), Pablo Marín (3), Domènech (6), Djedovic (3), Rakocevic (5), Krutwig (2).
Árbitros: Muñoz García, Maqueta Gracia y Acevedo Perera. Eliminados Moreno, De Pablo, Norris y Treviño en los locales; y Rogic, en los visitantes. Segunda jornada de la LEB Oro. Palacio de los Deportes de Logroño.
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