Tutankamón, más allá de la leyenda urbana: cien años de uno de los grandes misterios del siglo XX

Un siglo después sabemos del Faraón Niño casi lo mismo que sabía Howard Carter, su descubridor

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La máscara de Tutankamón ABC

Nacho Ares

Celebramos cien años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón (ca. 1320 a.C.), el mayor hallazgo arqueológico de todos los tiempos y, un siglo después, podemos decir sin temor a equivocarnos que sabemos del Faraón Niño, casi lo mismo que sabía Howard Carter ... , el descubridor.

Dejemos atrás leyendas y ñoñerías de un niño aguador que descubrió el primer peldaño. Todo eso no es más que producto de la leyenda urbana que marcó la historia del hallazgo de la tumba desde poco después. Si a esto sumamos el «brillo del oro por todas partes», que decía Carter, y la fantasía de la maldición que persiguió a los arqueólogos, tenemos un cóctel que difícilmente podemos encontrar en otro momento de la Historia.

El descubrimiento de la tumba de Tutankamón no necesita de ninguno de esos azucarillos para convertirlo en sí mismo en uno de los grandes misterios del siglo XX cuyas raíces se hunden hace casi 3.500 años en el Valle de los Reyes de Luxor.

Howard Carter ante el sarcófago de Tutankamón Griffith Institute

El contexto histórico que le tocó vivir a Tutankamón, una época convulsa en la que los seguidores de Amón intentaban retomar el mando del país después de casi dos décadas de gobierno del llamado Faraón hereje, Amenofis IV, Akenatón, ha provocado que apenas haya textos de su reinado.

Akenatón apartó del poder al poderoso clero de Amón por lo que no es de extrañar que, a la menor oportunidad, los sacerdotes intentaran dar la vuelta a la tortilla, quizá asesinando al faraón y colocando en el trono de Egipto a una marioneta, su hijo (?) Tutankamón. Realmente no sabemos nada de este joven príncipe que subió al trono con apenas 10 años. Quiénes fueron sus padres o dónde nació son detalles que aún desconocemos.

Realmente lo poco que hemos avanzado en el conocimiento de este singular faraón se debe a la investigación de los últimos diez años. El egiptólogo estadounidense Ray Johnson, estudiando los restos del templo funerario de Tutankamón que se reutilizó como relleno de muros en el templo de Karnak, descubrió en los relieves escenas bélicas muy singulares. Esto solo puede demostrar una cosa: están reflejando situaciones que ocurrieron realmente, lo que echa por tierra la idea tradicional de que Tutankhamón era un personaje enfermizo que no participó en ninguna batalla.

Es más, los estudios que se han hecho de su momia han dado como resultado, al menos, una veintena de enfermedades que le pudieron causar la muerte. Sin embargo, muchos forenses coinciden en decir que realmente de la momia de Tutankhamón, salvo que murió por una infección producida en la rodilla izquierda, provocada nadie sabe por qué, no hay evidencias de absolutamente nada más. Es decir, ni cojera, ni malaria, ni golpe en la cabeza, ni nada.

Cámaras secretas en su tumba

El verdadero misterio de Tutankamón está en su propia tumba. Y así es, gran parte de los 5.500 objetos descubiertos por Howard Carter habían sido reutilizados o procedían de otras personas. ¿Murió Tutankamón de forma inesperada y se tuvieron que reutilizar ataúdes, estatuas y joyas de otro enterramiento? Sin embargo, claro, la reflexión que nos debemos hacer es, vale, el ajuar de Tutankhamón es «menor» pero comparado con qué. ¿Qué otro ajuar real ha llegado hasta nosotros que nos diga que no se reutilizaban este tipo de joyas o muebles como algo normal?

Pero lo que más llama la atención es la posibilidad de que haya más cámaras en la tumba de Tutankamón. Cuando la empresa española Factum Arte realizó en 2009 el escaneo tridimensional de la cámara funeraria del Faraón Niño y subió la información a su web en internet, el egiptólogo Nicholas Reeves, quizá la persona que más sabe de él, observó las pinturas con curiosidad.

Cámara funeraria de Tutankamón Reuters

Factum Arte había subido los datos de la pared en 3D pudiendo ver los muros sin pinturas y es ahí en donde Reeves hizo el hallazgo de su vida. En la pared norte y en la pared oeste podían observarse claramente dos «puertas» que luego habían sido cerradas y selladas, cubriéndose con pintura. Muchas tumbas del Valle de los Reyes cuentan con accesos a habitaciones sobre cuyas puertas se cerró la entrada y se cubrió de pinturas con escenas religiosas, ocultando así lo que había más allá.

De los cuatro estudios con georradar que se han hecho hasta ahora, dos de ellos han sido positivos y dos negativos o, al menos, no concluyentes. Pero el último de ellos, publicado en la revista 'Science' en 2020, dio la campanada con una habitación de casi 10 m de longitud y 2 de altura.

¿Qué esconde esta habitación? No lo sabemos, pero retroalimenta el misterio que tiene la tumba de Tutankamón de cuyo sensacional hallazgo ahora celebramos un siglo.

SOBRE EL AUTOR
Nacho Ares

Egiptólogo, autor de 'Cosas maravillosas. Cien años del descubrimiento de Tutankhamón' (Debolsillo 2022) y comisario de 'Hijas del Nilo' (Palacio de las Alhajas, Madrid) y de 'Tutankhamón. La exposición inmersiva' (Matadero, Madrid)

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