Siete maneras de entender la moda

Marcos Luengo , un asturiano con experiencia empresarial, curtido en las lides de compra de pieles y elaboración de bolsos, presentó una colección que casaba con sus declaraciones: «Esto no es moda». Exacto. El empresario presentó prendas del estilo de otras décadas , sin un corte ni un estilo definido. Las plumas recortadas de oca, colocadas en excesiva geometría, no acompañaron a los excelentes materiales de los abrigos, como la napa y el mohair.

Los hermanos Ailanto presentaron una preciosa colección con el estilo que les caracteriza: flores, tonos tierra y verdes, todo mezclado con sus habituales rayas de colores y sus prendas de lana tejidas de modo tradicional. Ponchos, combinaciones de tweed y tejidos con brillo, deliciosos abrigos y faldas en telas vaporosas lucieron en la pasarela con un aire nuevo. Aitor e Iñaki, son maestros en lo suyo, aunque su mercado sea de nicho y realmente exquisito .

Ulises Mérida jugó una carta a la barbarie con una puesta en escena llena de cruces de madera, una música de fondo de tambores sordos y una colección radical en la que lo más destacado fueron los abrigos de mohair , ya que incluso algunas de las faldas, replicaban la cintura de modelos de Torretta de otras temporadas. Mucho ruido y pocas nueces.

Juana Martín lo dio todo en su desfile . Para empezar, una genial puesta en escena, que incluía la actuación de Medina Azahara , el grupo andaluz que reinventó el rock en España y despertó a todo el público y prensa con su maravilloso «Siento que ya llegó la hora» y una estupenda versión del «Abre la Puerta, niña», del grupo Triana. Los rockeros cordobeses acompañaron a la mejor colección que Juana ha presentado en muchos años. Imperaron el blanco y negro, sucediéndose conjuntos bicolor de pantalones anchos con maravillosos tops con volantes y una deliciosa serie de vestidos largos inspirados en prendas de lencería negra. Éxito con sus transparencias y escotes asimétricos , volviendo a sacar a relucir el arte que la llevó a la cima, cuando creaba solamente vestidos de flamenca. Show y colección.

El dúo que forma Malne , se presentó por segunda vez en la pasarela de Madrid. Como casi todo el que comienza una andadura pública, Malne aún no ha escogido su hilo conductor, limitándose a desfilar con modelos hechos con tino, maniquíes tocadas de turbantes -una buena idea para el público de la península arábiga- y recargados tejidos brillantes propios de los años 80 y 90 . Un déjà vu en el que faltaban los estupendos bolsos de la anterior colección.

Maria Ke Fisherman no desfila para vender en España. Mientras que los demás se preocupan por crear piezas vendibles, el duo creativo dedica más staff a las redes sociales que al taller. Sus locuras, que en esta o ocasión eran una serie de «moteras» a medio vestir , con gorras de béisbol y una mascarilla de plástico en la cabeza que las hacía parecer calvas, se inspiraba en un posible Nicky Lauda o en los enfermos que pierden el cabello con la quimio. Estas ideas de dudoso gusto, patrocinadas esta vez por los neumáticos Bridgestone, van bien a las cantantes más polémicas, como Miley Cyrus o Rihanna . Incluso el inventado apellido inglés de su marca, va dirigido a un mercado exterior, limitado pero potente.

Cerró el día Custo Barcelona , que curtido en el difícil arte de crear, vender, exportar, conquistar continentes y estar organizado, sigue sorprendiendo por su capacidad de reinventar la moda para todos , A Custo, que desfila en varias capitales del mundo, le faltaba conquistar la pasarela de Madrid. El domingo lo hizo, con sus guapísimas hijas Lotti y Montana luciendo sus vestidos. ¡Bienvenidos a Madrid!.