Instalada la capilla ardiente de Don Carlos en el Monasterio de El Escorial

El féretro, cubierto por la bandera de España , llegó en un furgón fúnebre y fue trasladado en hombros por un equipo de portadores de diez guardias reales y escoltado por otros ocho hasta la puerta principal del Monasterio, donde salieron a recibirle el hijo del Infante, Pedro de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Noto, y su hijo político, Pedro López-Quesada, marido de Doña Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Los hijos estaban acompañados por el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río ; el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, almirante Juan Ruiz Casas ; el Prior del Monasterio, don Modesto García ; la gerente de Patrimonio Nacional, Alicia Pastor Mor , y el director de actos oficiales de Patrimonio, Fernando Fernández-Miranda .

A las puertas del Monasterio, los restos de Don Carlos recibieron los honores fúnebres que le corresponden como Infante de España y, tras presentarle armas, se interpretó el himno de España en versión breve (27 segundos), con tambor y pífano.

Los restos del Infante fueron trasladados en hombros al interior del Monasterio y cruzaron el Patio de Reyes, donde una veintena de guardias reales, con las armas sobre el hombro, le formaron un pasillo de honor, mientras que los militares que le escoltaban llevaban las armas a la funerala. El cortejo fúnebre, encabezado por frailes agustinos del Monasterio, recorrió el claustro y depositó el féretro en un túmulo situado en la llamada Iglesia o de Prestado, donde se rezó una oración y quedó instalada la capilla ardiente, que permanecerá abierta al público desde las doce del mediodía hasta las seis de la tarde de este miércoles. Don Juan Carlos, Doña Sofía y su hija Elena han visitado la capilla ardiente para despedir al Infanta Don Carlos.

El féretro permanece escoltado por cuatro guardias reales y tres representantes de las órdenes militares : uno, de la Orden Constantiniana, y dos de la Comunidad Agustiniana, hasta mañana, jueves, que recibirá los últimos honores y, tras una misa a las que asistirán los cuatro Reyes, será depositado en el Pudridero de Infantes, donde permanecerá unos veinticinco años antes de ser trasladado a su sepultura definitiva, en el Panteón de Infantes.