Cuando llegue septiembre
Desgraciadamente, llega septiembre y todo sigue igual, un gobierno populista y populoso con un alto hedonismo al albur de los presupuestos de la RTVC
En estos días azules llega como sin querer septiembre. Bueno en realidad todos los años hace lo mismo, lo que pasa que para algunos después de los plácidos meses de estío septiembre supone ponerse las pilas otra vez, y eso no siempre gusta. De estas actitudes sabemos mucho por estas latitudes, sobre todo en el noble arte de procrastinar y el mirar hacia otro lado mientras pasa el marrón.
Septiembre comienza con la llegada de casi 30.000 cruceristas al muelle de Santa Cruz de Tenerife. Sería toda una gran noticia si la ciudad fuera visitada por un gran número de esos 30.000. O por lo menos por un importante número de ellos. Pero no. Hace tiempo que Santa Cruz sólo es referencia para los despistados o para los que no quieren rascarse el bolsillo en las guaguas que salen desde la pasarela del mismo barco hacia el norte o sur de la isla.
Buscar un culpable no es tarea fácil porque Santa Cruz es como aquella que entre todos la mataron y ella sola se murió. Las corporaciones de los últimos años tendrán algo que ver, sobre todo por tener la zona de contacto con el muelle como cualquier calle de Afganistán. También por padecer una Autoridad Portuaria desconectada de la ciudad y que parece que sólo lamenta los éxitos vecinos en lugar de seguir trabajando en lo que le corresponde —que no es otra cosa sino ser cada vez más competitivos—. Tampoco tuvo detalle con el puerto que casi acoge anualmente un millón de cruceristas, el anterior consejero de Turismo del Cabildo de Tenerife y hoy corregidor chicharrero, más preocupado por agitar el socorrido pleito insular. El paroxismo de este trío mal avenido (Ayuntamiento-Cabildo-Autoridad Portuaria) es el lamentable episodio de la acera de San Andrés donde una chapuza en blanco y negro parece remedar episodios oscuros de la posguerra. Menos mal que éstos eran de los nuestros y luchaban por los intereses de nuestra gente. No es de extrañar que si sigue esta inoperancia nos convirtamos en un puerto de cabotaje, eso sí, tricontinental y ultraperiférico.
Hablando de Afganistán, competitividad y ya puestos de Macedonia y de la franja de Gaza, es lo que parecemos si atendemos a las cifras de paro en nuestra región. Que el mercado no funcione es algo que salta a la vista a cualquiera que ande por estas calles, que el Gobierno de Canarias esté preocupado por ello tampoco es algo que pueda verse en las calles. La tragicomedia basada en llorar continuamente porque la pérfida Hispania no nos da más fondos para fortalecer nuestra autonomía regional y ser el faro de Occidente ha sido entonada hasta la saciedad por el Gobierno actual. El anterior y también por el más anterior. En una región donde las transferencias del Estado no han servido sino para crear mayores agujeros en el balance fiscal y donde se ha estrangulado hasta la extenuación al propio mercado interno no caben lloros ni echar culpa a terceros, cuartos o a su santa madre. La solución no pasa por pedir más dinero ni más poder, se basa simplemente en gestionar con alta capacidad los intereses de la sociedad civil.
Desgraciadamente llega septiembre y todo sigue igual, un gobierno populista y populoso con un alto hedonismo al albur de los presupuestos de la RTVC y más preocupado por elevar el precio de los derivados del petróleo en lugar de paliar la cruenta situación de paro estructural en las Islas Canarias, otrora las Afortunadas.
Endogamia versus desarrollo, buen kóan para comenzar el nuevo mes de septiembre. Que lo disfruten.
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
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