Vettel otea el título

Sebastian Vettel no tiene enemigo. Consiguió en Monza su octavo triunfo del curso delante de la marea roja, encarnada en los miles de aficionados que se citaron en el circuito italiano para apoyar a Ferrari. La mejor noticia para ellos fue el tercer puesto de Fernando Alonso en modo superviviente. Con un coche inferior, braceó hasta donde pudo después de una salida estratosférica. Alguersuari realizó la mejor carrera de su vida, con el Toro Rosso, y escaló una extraordinaria séptima posición. Vettel ya tiene 112 puntos de ventaja sobre Alonso y podría ser campeón en la próxima carrera (Singapur) si, en las carambolas posibles, el español acaba cuarto. [Así hemos contado la carrera]

Alonso ejecutó una salida con aroma de otro tiempo, cuando asombraba al mundo en Renault. Del cuarto al primero en una maniobra de riesgo, efectuada sin duda por la sobreexcitación que el español sintió durante todo el fin de semana frente al público italiano. Una parroquia que lo adora.

El subidón de adrenalina duró cinco vueltas, las que tardó Vettel en ordenar el escalafón. Con un bólido inmaculado como el Red Bull, se merendó a Alonso de un bocado. Le pasó arriesgando volante en mano e impuso luego un ritmo imposible para el Ferrari. Sin la velocidad requerida, el español también perdió en el cuerpo a cuerpo con Button, el piloto más fino y elegante de la parrilla. Los McLaren iban mucho mejor que el Ferrari y en buena parte le debe el podio a Michael Schumacher, quien sujetó durante media carrera a Hamilton. Cuando el inglés lo rebasó, se lanzó a por Alonso, pero sólo llegó a enseñarle el morro en la última vuelta, sin consecuencias.

Estupenda fue la carrera de Alguersuari , probablemente el mejor rendimiento del día en calidad/precio. Salió el decimoctavo y acabó séptimo después de navegar hábil entre los incidentes de carrera (cuatro retirados en la primera vuelta) y de adelantar a cuantos pilotos en la pista. Es la mejor clasificación de su vida.