GIRO DE ITALIA
Contador, entre Messi e Induráin
El madrileño gana con total superioridad su segundo Giro y suma seis grandes vueltas, a sólo una del navarro

Le sobró tiempo. Vio al fondo el Duomo de Milán y la pancarta. Dejó de pedalear, levantó los brazos, se persignó, encuadró con sus manos el nombre del patrocinador que luce en su maillot, se dio dos golpes en el pecho con eco en el corazón, armó la mano derecha y disparó. Su gesto triunfal. Luego cerró el puño para agarrar su segundo Giro. [Así hemos contado la última etapa del Giro]
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A Alberto Contador le ha sobrado tiempo . Tanto que ayer pudo ceder la contrarreloj a Millar -el madrileño pese a tanta celebración acabó tercero, a sólo 36 segundos-. Tanto que los otros dos ocupantes del podio, Scarponi y Nibali, se han alejado a más de seis minutos. Tanto Contador que suma tres Tours, una Vuelta y dos Giros . Ya se arrima a Induráin, el de los cinco Tours y los dos Giros. A sólo un triunfo del navarro. A sus adversarios hay que buscarlos en otra época. A Merckx, que tiene once grandes vueltas. Y a Hinault (10), Anquetil (8), Coppi (7), Induráin (7) y Armstrong (7). Atrás quedan leyendas como Bartali, Binda o Gimondi, con cinco triunfos. Contador escala veloz en esa ilustre lista.
El Giro de Weylandt y Tondo
Si el Giro 2011 fuera un equipo de fútbol, sería el Manchester, el equipo abatido en la final de la Champions. Si Contador fuera delantero, sería Messi . Así, a su antojo, driblando rivales a su voluntad, imparable, más veloz que ninguno, ha ganado su segundo Giro. Por goleada. Ha mirado a Scarponi y Nibali por encima del hombro . Con 28 años, ha ganado, y seguidas, seis de las siete grandes grandes rondas en las que ha participado. Sólo en la primera, en su debut en el Tour 2005, le esquivó el éxito.
A su edad Induráin había conquistado dos Tours y un Giro
Para tallarle hay que hacer memoria. A su edad, Merckx acumulaba diez triunfos (cuatro Tours, cinco Giros y una Vuelta) e Hinault, ocho (cuatro Tours, dos Giros y dos Vueltas). Són los únicos que le quedan por delante. El resto anda ya a la zaga: a los 28 años, Anquetil ‘sólo’ había ganado tres Tours y un Giro. Induráin, dos Tours y dos Giros. Y Armstrong, ciclista tardío, dos Tours. A Contador, en el colegio, le ponían a jugar de lateral derecho. No lo vieron. Era un ariete. Messi.
Sin discusión, el mejor jugador del mundo. Capaz de llegar al Etna, el primer puerto serio del Giro, y atajar allí hasta Milán. Le bastó con eso. Puso distancia en el primer minuto . A la escuadra. Contra el viento del volcán, sin ayuda y en un cuesta que ni de lejos tiene la altura del Zoncolán o la Marmolada. Contador flotaba; los otros pedaleaban. Esa tarde mandó encuadernar para su archivo este Giro exagerado y emotivo. El Giro del dorsal vacío, el 108, el de Wouter Weylandt , el ciclista que se mató en el descenso hacia Rapallo. El Giro de Igor Antón y su victoria en el Zoncolán , y de Mikel Nieve (decimoprimero en la general) y su imagen, gélida, trémula, pálida y feliz en el podio de Gardeccia, final de la etapa más terrible de la era moderna. El Giro de Joaquim Rodríguez, quinto. El Giro que recordó , con la lágrimas del Movistar y las piernas de Kiryienka, a Xavi Tondo , el amigo fallecido lejos, en Sierra Nevada... El Giro que Contador ha corrido siempre muchas pedaladas por delante. Scarponi y Nibali jugaban en el Manchester. Nada que hacer.
Ahora el Tour, con permiso del TAS
Ahora, con el mapa de Italia plegado, Contador extiende el de Francia. El Tour. Mientras el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) baraja su destino (la decisión sobre el caso positivo en el pasado Tour se demorará un par de meses), el vencedor del Giro pondrá desde hoy sus piernas a remojo para la ronda gala . Dice Contador que es “posible” ganar las dos. Merckx asiente: “A mí me venía bien ir primero al Giro y ganarlo para luego vencer en el Tour”. Aseguran los rivales de Contador que el madrileño no se ha exprimido. Que la dureza del Giro le ha beneficiado. Ante una montaña así, se ha limitado a ver cómo los demás se fundían. El Giro será el mejor entrenamiento de fondo para el Tour. En junio descansará y después se dedicará a sesiones de intensidad. A afinar un motor que ya ha probado su resistencia.
En la ronda francesa espera Andy Schleck, segundo en 2010
Nibali, con alergia y sin pegada, no ha dado la talla; Scarponi, el menos lejano a Contador, se ha arrodillado ante él en cada cuesta. Escribió Delibes que las liebres corren mejor cuesta arriba que cuesta abajo. Contador ha sido una liebre inalcanzable para cazadores sin pólvora . En el Tour, en cambio, le esperará el tirador que casi le acierta en 2010, Andy Schleck. Y, sobre todo, le aguarda el miedo escénico. La presión del Tour y de la opinión pública por el caso positivo de la pasada edición que aún está por resolver (Contador ha sido absuelto, pero la Unión Ciclista Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje han recurrido ese fallo de la Federación española). El ganador del Giro lo sabe. Se le nota. “Se me ha hecho daño. Llegué a perde la ilusión”, declaró sobre los meses que pasó suspendido.
A Contador se le han puesto más serias las fotografías. Ya no es el mismo. Cuenta sus años como ciclista por obstáculos: carencias, enfermedades, vetos... y ahora una pizca de clembuterol en un frasco de orina. Para seguir la estela de Merckx e Hinault tendrá que saltar también esa valla. Piernas y tiempo, como se ha visto en este Giro, le sobran.
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