violación de la Convención de Viena
Las cinco horas de acoso iraní a dos diplomáticos españoles
ABC reconstruye el grave incidente diplomático en que miembros del servicio secreto iraní amenazan con el uso de la fuerza al Embajador de España en Teherán, Leopoldo Stampa, cuando reclamaba en una comisaría el lunes la puesta en libertad del cónsul, Ignacio Pérez Cambra

El pasado lunes, los servicios secretos iraníes protagonizaron un serio incidente diplomático con España, al detener durante cuatro horas al cónsul español en Teherán , que en compañía del embajador, había salido a tomar la temperatura de las protestas callejeras en la capital. La actividad desarrollada por el embajador y el cónsul forma parte de sus tareas como diplomáticos y es realizada por la mayoría de las embajadas occidentales, algo que parece molestar el régimen iraní.
Según ha sabido ABC de fuentes diplomáticas, un miembro de los servicios secretos de la Policía de Irán llegó a amenazar con el uso de la fuerza al embajador español en Teherán, Leopoldo Stampa , cuando el diplomático se resistía a abandonar la comisaría en la que reclamaba la puesta en libertad del cónsul, Ignacio Pérez Cambra , detenido horas antes por ocho policías de paisano.
La reconstrucción de los hechos recopilada de diversas fuentes describe unas horas de máxima tensión, e incluye diversos incidentes que constituyen una violación de la Convención de Viena que rige las relaciones diplomáticas entre Estados.
Cronología
16:00 - Reconocimiento visual de las manifestaciones. El embajador y el cónsul españoles recorren a primera hora de la tarde algunas calles de la zona en que se producían las manifestaciones de los opositores al régimen iraní. Circulan en el coche del primero, conducido por un chófer de la embajada.
17:50 - Detención a las puertas de la cancillería . Una vez se retiran de la zona de los disturbios, el coche deja al embajador en su residencia y traslada al cónsul a la Embajada para recoger su automóvil personal. Al llegar a la puerta de la cancillería, a las 17.50 horas de Teherán, nueve policías de paisano rodean a Ignacio Pérez Cambra para detenerle. Sólo un agente se identificó como policía. El cónsul se resiste a ser detenido, y les advierte que es miembro del cuerpo diplomático y que están cometiendo un atropello. Le conminan a que acepte ir con ellos. De lo contrario, será llevado por la fuerza, le avisan.
El cónsul accede a ir en el coche del embajador. En ese instante, tres de los policías se suben al vehículo diplomático, en flagrante vulneración de la protección que dan al vehículo los tratados internacionales. En el trayecto, el cónsul recibe una llamada de su mujer, a la que comunica lo sucedido y pide que avise al embajador. Tras una hora de recorrido llegan a la comisaría, en el centro de Teherán.
19:00 - El embajador se persona en la comisaría . El cónsul es llevado ante un alto cargo de la comisaría, a quien advierte de que están creando un grave incidente entre España e Irán. Mientras, el conductor es interrogado en otras dependencias y el coche es registrado en busca de alguna cámara.
Tras recibir el aviso de la detención, el embajador se presenta en la comisaría, acompañado de un intérprete. Otros dos funcionarios se encontraban ya allí, aunque se les impedía la entrada a la comisaría. Stampa se identifica como embajador y consigue que todos puedan acceder al centro, donde reclama en tono firme la puesta en libertad inmediata del cónsul
20:00 - Amenazan con usar la fuerza si el embajador no abandona. Sobre las ocho de la tarde, un agente de paisano, perteneciente a los servicios secretos, habla con el embajador para «informarle» de que no tiene derecho a estar allí como diplomático. El embajador replica insistiendo en que quien en ningún caso debería encontrarse en las dependencias es el cónsul español, y reclama de nuevo su puesta en libertad. El policía le pide «respetuosamente» que abandone la comisaría. Y amenaza de forma tranquila pero tajante que, de lo contrario, se verá obligado a «utilizar la fuerza» para sacarle de allí. La tensión alcanza el nivel máximo, aunque finalmente se relaja.
Un agente arrebata el móvil al cónsul . Mientras, en otras dependencias, un coronel -previsiblemente miembro de los servicios secretos- reprocha al cónsul su presencia en la manifestación, acusándole de haber hecho «algo malo», y le pide que entregue su móvil. Pérez Cambra se niega y el coronel ordena a un subordinado que se lo arrebate por la fuerza, cosa que hace. Sin embargo, no pudo abrirlo al estar bloqueado con una clave, que el cónsul no facilitó
22:00 - No sin mi móvil . Alrededor de las diez de la noche, se presenta en el lugar un funcionario de Protocolo del Ministerio iraní de Exteriores para intentar resolver la situación. Poco después, comunica al cónsul que se puede ir pero que el móvil debe quedarse allí. Pérez Castro se niega en rotundo. Paralelamente, comunican al embajador que todo está resuelto, pero cuando conoce que pretenden quedarse con el teléfono, también lo rechaza
22:30 - Liberan al cónsul y le devuelven el teléfono . El funcionario de Exteriores hace algunas llamadas y, finalmente, pasadas las diez y media de la noche, acceden a dejar en libertad al cónsul, junto con su teléfono móvil.
El Gobierno se encuentra a la espera de una respuesta formal de las autoridades iraníes a la nota verbal de protesta entregada el martes por Stampa al viceministro de Exteriores, Ali Ahani, para decidir si llama o no a consultas al embajador en Teherán.
En la nota verbal se exponen los artículos del Convenio de Viena de 1961 que regula las relaciones entre Estados y que se considera que han sido violados por la actuación policial: detención e intimidación al cónsul, utilización y registro del coche del embajador, coacciones al cónsul para que entregara el teléfono móvil y amenazas al embajador para que abandonara la comisaría.
Solidaridad europea
Tras el incidente del pasado lunes, España convocó al embajador iraní en Madrid para expresarle su protesta y decidió suspender la visita que iba a hacer nuestro país el director general de Europa de Irán. Además, puso en conocimiento de lo socios europeos lo sucedido para reclamar su solidaridad, como suele hacerse en estos casos y teniendo en cuenta que diplomáticos suecos, daneses y alemanes habían sido objeto de acoso en otras ocasiones. Varios de los países, entre ellos Francia, Alemania y el Reino Unido, respondieron a la petición española y convocaron también al embajador iraní en sus respectivas capitales para expresarle su protesta.
El embajador español en Teherán informará hoy de lo sucedido a sus colegas europeos en la capital iraní.
Aunque España no lo ha pedido formalmente, el asunto podría ser tratado en el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE del próximo lunes.
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