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Una nave espacial sin control, recuperada en el último momento

La Progress M-o6, que lleva una carga indispensable para los astronautas de la ISS, corría el riesgo de perderse para siempre en el espacio

nasa

RAFAEL M. MAÑUECO

Los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) han logrado por fin recuperar la nave de carga Progress y su valioso contenido. La maniobra no se hizo de forma manual desde la plataforma orbital sino automáticamente, después de que desde el Centro de Control de Vuelos de las afueras de Moscú (TsUP) se enviara una señal al ordenador de la Progress .

Tras el primer intento de atraque fallido del viernes , la nave, que lleva en su interior comida, agua, oxígeno, combustible y piezas imprescindibles para el funcionamiento de la Estación, ha permanecido hasta hoy en estado de “hibernación” (máximo ahorro energético). Un consumo excesivo de carburante y electricidad durante la operación de acoplamiento hubiera implicado un alto riesgo de perder el ingenio para siempre .

Según Roskosmos, la agencia espacial rusa, lo que falló el viernes fue el sistema de aproximación y atraque “Kurs”. La situación se agravó cuando los astronautas de la ISS tampoco pudieron poner en funcionamiento el mecanismo de enganche manual. A principios de mayo erró también el dispositivo “Kurs”, pero entonces los tripulantes de la ISS sí consiguieron controlar la maniobra y evitar que la nave de carga pasara de largo, algo que no había sucedido nunca hasta la fecha.

Los astronautas empezaran enseguida a descargarla. Una vez vacío, el enorme contenedor cilíndrico se empezará a rellenar con la basura de a bordo: aparatos obsoletos, contenedores de comida, cápsulas de oxígeno, cables y material pesado inservible. Para dejar el muelle de atraque libre para otro carguero, la nave caerá después a la Tierra y arderá al entrar en la atmósfera. Los fragmentos del fuselaje que no se desintegren irán a parar al océano Pacífico.

El cementerio cósmico que utiliza Rusia se encuentra en un punto situado en el paralelo 40º, latitud sur, a 3.900 kilómetros al este de Nueva Zelanda y a unos 4.000 metros de profundidad. En los últimos cuarenta años, Rusia ha hundido en la zona centenares de dispositivos espaciales, entre ellos las estaciones “Saliut” y “Mir”. Hace unos días, se hundió allí la anterior nave Progress.

La que acaba de llegar a la ISS fue lanzada el pasado miércoles desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). A bordo de la plataforma se encuentran actualmente los rusos Alexánder Skvortsov, Fiódor Yurchijin y Mijaíl Kornienko, las norteamericanas Shannon Walter y Tracy Caldwell, además de Douglas Wheelock.

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