La Audiencia Provincial condena a Carlo Ancelotti a un año de cárcel por fraude fiscal

Según explica la sentencia, Ancelotti consignó en sus declaraciones de 2014 y 2015 únicamente las retribuciones de trabajo personal percibidas por el Real Madrid, club por el que había fichado en el verano de 2013, omitiendo, eso sí, todo rendimiento correspondiente a la explotación de sus derechos de imagen, que habría vendido de forma simulada con el único objetivo de eludir la tributación en España.

Indica que el entrenador acudió a la creación de «un complejo societario destinado a canalizar el cobro de sus derechos de imagen» y así suscribió un contrato de cesión de la explotación de esos derechos mediante la celebración de dos contratos privados con la entidad mercantil Vapia Limited por un periodo de tres años a cambio de un precio de 1.000.000 de euros.

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La resolución explica que en 2013, antes de su firma con el club blanco, celebró un contrato privado de cesión de derechos de imagen con el Madrid en el que explicó que quien explotaba sus derechos de imagen era una sociedad. Se acordó por ambas partes que el 50% de sus derechos como entrenador del club iría a esa sociedad pero que para ello en el plazo de tres meses debía identificarla y comunicárselo. Esa identificación tardó en llegar casi un año mediante escrito sin fecha en el que se indicaba que era la sociedad Vapia LLP -y no la sociedad Vapia Limited-.

El tribunal indica que siguiendo el rastro de las sociedades, pasaron por las Islas Vírgenes y dieron con una sociedad británica que era de los dos asesores financieros de Ancelotti y que actuaban como fiduciarios del contable del entrenador.

La Sala añade que ni Vapia Limited ni Vapia LLP tuvieron en el periodo comprendido entre los años 2014 y 2015 «ninguna actividad diferente a canalizar la gestión y el cobro de los derechos de imagen de Ancelotti, sin prestación de servicios a terceros» y que no tributaron en ningún territorio por los rendimientos obtenidos por la explotación de los derechos de imagen del acusado.

Concluye que ninguna de esas sociedades tenía una estructura real de negocio, carecían ambas de locales, de empleados y de oficinas, y no tenían riesgo empresarial, estando vinculadas ambas a la figura del entrenador.

Los magistrados indican que los rendimientos derivados de los derechos de imagen del acusado de 2014 y que fueron cobrados por las sociedades Vapia LLP y Vapia Limited supusieron ingresos por importe de 1,2 millones euros, y que nadie tributó por esas cantidades. A eso suma que omitió bienes inmobiliarios en el extranjero, por lo que la cuota total defraudada en 2014 asciende a los 386.361 euros.

«Por todo ello, queda probado que en el ejercicio fiscal del año 2014 en el que Ancelotti tributó en España como residente fiscal bajo la normativa de IRPF, no incluyó de forma intencionada en sus declaraciones rendimiento alguno derivado de la explotación de sus derechos de imagen», indica, para sumar que las sociedades «fueron constituidas con la finalidad de eludir el pago los impuestos a los que el contribuyente venia obligado como persona física».

Sobre el posible delito fiscal de 2015, apunta la Sala que desde el mes de abril de 2015 residió en Londres por lo que estuvo en España menos de 183 días en la vivienda que tenía arrendada. Así, ese año no debía tributar aquí y por tanto le absuelve de ese delito que le imputaba el Ministerio Público.

La sentencia recoge que la defensa de Ancelotti mantuvo durante el juicio que el contrato laboral con el Real Madrid se segregó en dos, siendo el contrato de cesión de derechos de imagen como complementario del contrato laboral como entrenador para alcanzar los 6.000.000 de euros netos por temporada.