Adaptarse al cambio climático costará 68.000 millones al año hasta 2050
Los costes de la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo estarán en torno a los 50.0000 y 68.000 millones de euros anuales durante las próximas cuatro décadas, según los resultados de un nuevo estudio del Banco Mundial presentado en la ... Conferencia de Cambio Climático que estos días se celebra en Bangkok.
El estudio «La Economía de la Adaptación al Cambio Climático», financiado por los gobiernos de Holanda, Suiza y Reino Unido, supone el análisis más profundo de lo que supondrá la adaptación al cambio climático realizado hasta el momento y utiliza una nueva metodología para la evaluación de estos costes.
El nuevo enfoque incluye la comparación de un mundo futuro sin el cambio climático con uno en el que sí están presentes los impactos del calentamiento global. La diferencia entre estos dos mundos implica una serie de acciones para adaptarse a las nuevas condiciones mundiales. Los costes de estas medidas adicionales son los costes de la adaptación al cambio climático.
El estudio estima estos costes para los principales sectores económicos en virtud de dos escenarios de futuro climático: «húmedo» y «seco». El mundo más seco requeriría menos inversión, pues el mundo húmedo necesitaría más medidas como la construcción de diques para protegerse del aumento del nivel del mar o canales de drenaje más profundos.
El informe revela que los mayores costes serán asumidos por la región de Asia oriental y el Pacífico —en torno a un 25% del total—, seguidos de cerca por América Latina y el Caribe, y África subsahariana. En el escenario más seco los costes de adaptación serán menores en todas las regiones, excepto en Asia meridional. De acuerdo con el estudio, el coste de adaptarse a un mundo más cálido está al mismo nivel que la cantidad de ayuda que los países en desarrollo reciben en la actualidad. Por tanto, cualquier financiación para estas medidas debe ser adicional a la ayuda al desarrollo.
Precisamente, la financiación es sin duda la pieza clave de las negociaciones que deben culminar en diciembre en Copenhague con un nuevo régimen de reducción de emisiones de dióxido de carbono. Si no hay dinero para la adaptación, los países en desarrollo, con China (el mayor contaminador del planeta) e India a la cabeza, no aceptarán no ya reducir sus emisiones, sino ni siquiera frenar su aumento.
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