CARTASAL DIRECTORAl alcalde de Toledo
Señor García-Page, le debe traer sin cuidado el grave malestar que, por lo menos a mi y a mi familia, y a otras más, nos está ocasionando al permitir los viernes y sábados por las noches desde las 22 a las 24 horas, unas actuaciones musicales con una megafonía tan fuerte, capaz de destrozar los nervios al más tranquilo y equilibrado. Con el agravante, además, de que terminadas estas actuaciones la gente que llena la placita (más de 100 personas), unos sentados en las marquesinas, la mayoría de pie, bebiendo, ocasionan un escándalo irritante. Y esto no deja de ser un botellón consentido por el Alcalde, lo cual está ya terminantemente prohibido en el Casco. Me refiero, concretamente, a la pequeña plaza de Marrón, en la calle Alfonso XII, donde pegados a la pared de nuestro bloque y justo debajo de las ventanas de nuestras viviendas, actúan estos grupos. Usted no puede ni imaginarse lo fortísimo que se oye dentro de nuestra propia vivienda. En varias ocasiones he llamado a la policía local y la persona que me ha atendido, escuchaba esta música a través de mi móvil, estando dentro de mi casa y con las ventas (con rotura de puente térmico), cerradas. Aunque nada podía hacer la policía, por estar autorizado por el Ayuntamiento, reconocía humanamente, al menos, que semejante ruido era insoportable. Como también reconocía que los que lo consentían solían ser los menos perjudicados. Como efectivamente así es.
En varias ocasiones, a través de su Facebook y en escrito recogido y sellado en su Secretaría, me he dirigido al Alcalde, para hacerle comprender esta barbaridad y confiando en su sensibilidad humana para dar alguna solución a este grave problema.
¡Su sensibilidad! Si estas actuaciones se hicieran debajo de sus ventanas, se agudizaría su sensibilidad y con toda seguridad pondría una solución radical. Pero como él no experimenta en su propia carne estas actuaciones bestiales, ¿qué consciencia va a tener del mal que está ocasionando? «Y menos mal que para él, la preocupación principal es conseguir el mayor bienestar para los ciudadanos», como en repetidas ocasiones le he oído decir. De palabra y por escrito.
¿Por qué no permite estas actuaciones en Zocodover, por ejemplo. En la Vega o, mejor, en el barrio donde viva él? Ésta última sería la mejor solución. ¡Qué injusticia y qué falta de consideración! Ni el Alcalde ni ningún otro mandatario tienen ninguna autoridad para permitir unas actuaciones que perjudican la salud y el bienestar, aunque sea solamente de una persona y aunque su no permisibilidad suponga menos ingresos económicos y menos popularidad.
Sinceramente agradezco la ocasión que se nos ofrece para hacer públicas nuestras contrariedades ocasionadas, como en este caso, por la autoridad local.
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