El día que un tornado arrasó Madrid

Todo ocurrió, cuenta el autor del blog «Secretos de Madrid» , el 12 de mayo de 1886, un miércoles primaveral que, según narran las crónicas, había amanecido despejado. Nada hacía presagiar lo que ocurriría unas horas después. Sin embargo, pasadas las seis de la tarde, una gran cantidad de nubes negras se apoderaron del cielo de la ciudad.

Pronto, esas primeras nubes descargaron una fuerte tormenta, acompañada de granizo, como preludio de lo que estaba por llegar. Poco tiempo después, se formó un tornado que arrasó las entonces localidades independientes de Carabanchel Alto y Bajo y parte de la propia Madrid.

El fenómeno, que fue bautizado con el nombre de “Killer”, fue catalogado de categoría F-3, que se corresponde con vientos de entre 219 y 322 kilómetros por hora. Suficiente para sembrar el caos y la destrucción a su paso. Las cifras oficiales de la época indican que provocó 47 muertos, además de cuantiosos daños materiales.

Según el alcalde de Carbanchel Alto, el tornado se formó a media tarde, cuando dos inmensas nubes negras “chocaron” sobre el Cerro del Aire, produciendo «un ruido terrible, atronador que desencadenó el huracán y produciendo centenares de chispas eléctricas».

Tras atravesar los dos Carabancheles, el tornado descendió por la Pradera de San Isidro y continuó hasta la Puerta de Toledo. De allí pasó a la Ronda de Valencia, Atocha y subió por el Jardín Botánico y el Retiro para seguir por Alcalá y perder intensidad al llegar a Ventas. Solo en su paso por El Retiro y por el Jardín Botánico arrancó cerca de 400 árboles. También derribó muros, elevó carruajes por los aires y volcó un tranvía con catorce personas a bordo.

El impacto que causó este fenómeno fue tan grande que además de ser recogido por todos los medios de la época se ganó también se ganó un hueco en la literatura. El escritor Benito Pérez Galdós incluyó el paso del tornado por Madrid en su novela “Misericordia”.