Carsharing, más barato que el taxi

No es de extrañar que esta fórmula en las que los vehículos son utilizados por los empleados bajo demanda a través de un plan de reservas esté ganando cada vez más adeptos. Concretamente, se localiza ya en el 16 por ciento de las empresas españolas, 5 puntos por encima del pasado año.

Con esta fórmula, los departamentos financieros tienen además una vía para reducir gastos de movilidad de los empleados que utilizan su propio coche para desplazarse, ya que se ahorran los gastos derivados del pago por km.

Las ventajas también afectan a la imagen de marca, pues el carsharing permite proyectar una imagen de modernidad al tratarse de una iniciativa idónea para incorporar gradualmente vehículos de tecnologías alternativas, como la eléctrica.

Este es el planteamiento desarrollado por Arval. Según su consejera delegada, Cecilia Boned, «lo probamos con modelos eléctricos que, con 150 km de autonomía dan de sobra para los 36 km diarios que recorren de promedio más de la mitad de los conductores. Otra de las particularidades es la flexibilidad de uso del vehículo pudiendo utilizarse de forma mixta, combinando la conducción en horario laboral y el disfrute de fin de semana».

Además, la compartición de coche es muy sencilla: el empleado gestiona su reserva a través de un calendario online y accede al vehículo con solo pasar su tarjeta. El sistema reconoce la reserva y abre automáticamente el automóvil, de forma que los conductores no necesitan coordinarse entre ellos para el intercambio del coche.